Pregunta.:
Nos estuvo usted diciendo que hay muchos auto-titulados gurús pero que es muy raro encontrar un verdadero gurú.
Hay muchos gnanis que imaginan estar realizados, pero todo cuanto tienen es conocimiento libresco y una alta opinión de sí mismos.
Algunas veces impresionan, incluso fascinan, atraen discípulos y les hacen perder el tiempo en prácticas inútiles.
Después de algunos años, cuando el discípulo hace inventario de sí mismo, no encuentra ningún cambio.
Cuando se queja al maestro, obtiene el reproche habitual de que no lo intentó con suficiente ahínco.
Se echa la culpa a la falta de fe y amor en el corazón del discípulo, cuando en realidad la culpa es del gurú, que no debería aceptar discípulos ni levantar esparanzas.
¿Cómo protegerse uno de tales "gurús"?
Maharaj.:
¿Por qué implicarse tanto con los demás?
Quienquiera que sea el gurú, si es puro de corazón y actúa de buena fe, no hará daño a sus discípulos.
Si no hay progreso, la culpa es del discípulo, de su pereza y falta de auto-control.
Por otro lado, si el discípulo es serio y se aplica inteligentemente y con celo a su sadhana, está condenado a encontrar un maestro más cualificado, que le hará avanzar más.
Su pregunta fluye de tres falsas asunciones:
Que uno debe implicarse con los demás; que uno puede evaluar a otro y que el progreso del discípulo es tarea y responsabilidad de su gurú.
En realidad, el papel del gurú sólo es dar instrucción y ánimos; el discípulo es totalmente responsable de sí mismo.
P.:
Se nos dice que la entrega total al gurú es suficiente, que el gurú hará el resto.
Maharaj.:
Por supuesto, cuando hay entrega total, una completa renuncia a todo interés por nuestro pasado, presente y futuro, por nuestra seguridad física y espiritual y nuestra posición, entonces amanece una nueva vida, llena de amor y belleza; el gurú entonces no es importante puesto que el discípulo ha roto el caparazón de la auto-defensa.
La completa entrega de sí, por sí misma, es liberación.
P.:
¿Qué sucederá cuando el discípulo y su gurú son ambos inadecuados?
Maharaj.:
A largo plazo todo irá bien.
Al fin y al cabo, el ser real de ambos no es afectado por la comedia que ellos representan durante algún tiempo.
Se hará sensatos, madurarán y llegarán a un nivel más alto de relación
P.:
O puede que se separen.
Maharaj.:
Sí, puede que se separen.
Después de todo, ninguna relación es para siempre.
La dualidad es un estado temporal.
P.:
Lo encontré a usted por accidente, ¿será por otro accidente que nos separemos para nunca volver a encontrarnos?
O, ¿es mi encuentro con usted parte de alguna pauta cósmica, un fragmento en el gran drama de nuestras vidas?
Maharaj.:
Lo real es significativo y lo significativo está relacionado con la realidad.
Si nuestra relación es significativa para usted y para mí, no puede ser accidental.
El futuro afecta al presente tanto como el pasado.
SER
SER
P.:
¿Cómo puedo determinar quién es un verdadero santo y quién no?
Maharaj.:
No puede hacerlo, a menos que tenga una clara percepción del corazón del hombre.
Las apariencias son engañosas.
Para ver claramente, su mente debe ser pura y desapegada.
A menos que se conozca bien a sí mismo, ¿cómo puede conocer a otro?
Y cuando se conoce a sí mismo -usted es el otro.
Deje a los demás tranquilos durante algún tiempo y examínese a sí mismo.
Hay tantas cosas que no conoce de sí mismo: Qué es, quién es, cómo llegó a nacer, qué hace ahora y por qué, adónde va, cuál es el significado y propósito de su vida, de su muerte, de su futuro.
¿Tiene usted pasado, tiene futuro?
¿Cómo llegó a vivir en la inquietud y la aflicción, mientras todo su ser ansía felicidad y paz?
Estos son asuntos graves y deben ser atendidos antes que nada.
Usted no necesita ni tiene el tiempo de averiguar quién es un gnani y quién no.
P.:
Debo seleccionar a mi gurú correctamente.
Maharaj.:
Sea usted el hombre adecuado y ciertamente el gurú lo encontrará a usted.
P.:
No está respondiendo a mi pregunta: ¿Cómo encontrar el gurú adecuado?
Maharaj.:
Claro que contesté a su pregunta.
No busque a un gurú, ni siquiera piense en ello.
Haga de la meta su gurú.
Al fin y al cabo, el gurú no es sino un medio para un fin, no el fin mismo.
El no es importante, lo importante para usted es lo que espera de él.
¿Qué es lo que usted espera?
P.:
Que su gracia me haga feliz, poderoso y pacífico.
Maharaj.:
¡Menudas ambiciones!
¿Cómo puede una persona limitada en tiempo y espacio, un mero cuerpo/mente, un intervalo de dolor entre el nacimiento y la muerte, ser feliz?
Las propias condiciones de su surgimiento lo hacen imposible.
La paz, el poder, la felicidad, nunca son estados personales, nadie puede decir "mi paz", "mi poder", porque "mi" implica exclusividad lo cual es frágil e inseguro.
Hay que compartirlos para que duren.
P.:
Yo sólo conozco mi existencia condicionada; no hay nada más.
Maharaj.:
Sin lugar a dudas, no puede usted decir eso.
En el sueño profundo no está condicionado.
¡Cuán dispuesto y deseoso está usted de ir a dormir, cuán pacífico, libre y feliz es cuando duerme!
P.:
No sé nada al respecto.
Maharaj.:
Póngalo en términos negativos.
Cuando duerme, no tiene dolor, no está atado, no está inquieto.
P.:
Comprendo su punto.
Mientras estoy despierto yo soy, lo sé pero no soy feliz; cuando duermo yo soy, soy feliz, pero no lo sé.
Todo lo que necesito es saber que soy libre y feliz.
Maharaj.:
Así es.
Ahora, vaya dentro de sí, a un estado que puede comparar con un dormir despierto, en el cual usted es consciente de sí mismo pero no del mundo.
En ese estado sabrá sin la mínima traza de duda, que en la raíz de su ser usted es libre y feliz.
El único problema es que usted es adicto a la experiencia y alimenta sus recuerdos.
En realidad es al revés; lo que es recordado nunca es real; lo real es ahora.
P.:
Todo esto lo alcanzo intelectualmente, pero no se convierte en parte de mí mismo.
Queda como una imagen en mi mente para ser mirada.
¿No es tarea del gurú dar vida a la imagen?
Maharaj.:
De nuevo, es al revés.
La imagen está viva; lo muerto es la mente.
Del mismo modo que la mente está hecha de palabras e imágenes, así también cada reflejo en ella.
La mente encubre la realidad con la verbalización y luego se queja.
Usted dice que es necesario un gurú, para hacer milagros con usted.
Sólo está jugando con palabras.
El gurú y el discípulo son una sola cosa, como la vela y la llama.
A menos que el discípulo sea serio, no puede ser llamado discípulo.
A menos que un gurú sea todo amor y dadivoso de sí, no puede ser llamado gurú.
La realidad engendra realidad, no lo falso.
SER
SER
P.:
Puedo ver que yo soy lo falso
¿Quién me hará verdadero?
Maharaj.:
Las palabras mismas que usted dice, lo harán.
La frase: "Puedo ver que yo soy lo falso" contiene todo cuanto usted necesita para liberarse.
Estúdiela, profundice en ella, llegue hasta su raíz; funcionará.
El poder está en la palabra, no en la persona.
P.:
No le comprendo totalmente.
Por un lado usted dice que es necesario un gurú; por el otro, que el gurú sólo puede dar consejo, pero el esfuerzo es mío.
Por favor, dígalo claramente: ¿Puede uno realizar el ser sin un gurú, o es esencial el hallazgo de un verdadero gurú?
Maharaj.:
Más esencial es el hallazgo de un verdadero discípulo.
Créame, un verdadero discípulo es muy raro de encontrar, puesto que de inmediato va más allá de la necesidad de un gurú, al encontrar su propio ser.
No gaste su tiempo tratando de establecer si el consejo que recibe fluye sólo del conocimiento, o de una experiencia válida.
Sígalo fielmente.
La vida le traerá otro gurú, si otro gurú es necesario.
O lo privará de toda guía exterior dejándolo con sus propias luces.
Es muy importante comprender que lo que importa es la enseñanza, no la persona del gurú.
Recibe usted una carta que lo hace reír o llorar; no es el cartero quien lo produce.
El gurú sólo le da la buena nueva sobre el ser real y le muestra el camino de regreso a él.
En cierto modo el gurú es el mensajero del ser.
Habrá muchos mensajeros, pero el mensaje es uno: Sea lo que usted es.
O puede expresarlo de forma diferente: Hasta que realice su propio ser, usted no puede saber quién es su verdadero gurú.
Cuando se realiza, encuentra que todos los gurús que ha tenido han contribuido al despertar de usted.
Su realización es la prueba de que su gurú era real.
Por lo tanto, acepte al gurú como es, haga lo que él le diga con seriedad y celo, y confíe en que su propio corazón lo avisará si algo va mal.
Si llega la duda, no luche contra ella.
Aférrese a lo que es cierto y deje lo dudoso en paz.
P.:
Yo tengo un gurú y lo quiero mucho.
Pero no sé si él es mi verdadero gurú.
Maharaj.:
Obsérvese a usted mismo.
Si se ve cambiar, crecer, significa que ha encontrado al hombre adecuado.
Puede que él sea bello o feo, agradable o desagradable, halagador o represivo; nada importa excepto el hecho crucial del crecimiento interior.
Si usted no crece, bueno, puede que él sea su amigo, pero no su gurú.
SER
SER
P.:
Cuando me encuentro con un europeo de cierta educación y le hablo sobre el gurú y sus enseñanzas, su reacción es: "Ese hombre debe estar loco para enseñar tal disparate".
¿Qué debo responderle?
Maharaj.:
Llévelo a él mismo.
Muéstrele lo poco que conoce de sí mismo, de qué manera toma las más absurdas afirmaciones sobre sí mismo como la verdad absoluta.
A él le han dicho que es el cuerpo, que nació, que morirá, que tiene padres, deberes; aprende a amar lo que otros aman y a temer lo que otros temen.
Siendo totalmente una criatura de la herencia y la sociedad, vive de recuerdos y actúa mediante hábitos.
Ignorante de sí mismo y de sus intereses, persigue falsas metas y siempre queda frustrado.
Su vida y su muerte son dolorosas y sin sentido, y no parece tener salida.
Entonces dígale que hay salida fácilmente alcanzable para él, no la conversión a otro conjunto de ideas, sino la liberación de todas las ideas y modelos del vivir.
No le hable de gurús y discípulos -esta forma de pensar no es para él.
El suyo es un sendero interior, está movido por un empuje interior y guiado por una luz interior.
Invítelo a rebelarse y responderá.
No trate de inculcarle que fulano-de-tal es un hombre realizado y puede ser aceptado como gurú.
Mientras no confíe en sí mismo, no puede confiar en otro.
Y la confianza llegará con la experiencia.
P.:
¡Qué extraño!
No puedo imaginar la vida sin un gurú.
Maharaj.:
Es una cuestión de temperamento.
Usted también tiene razón.
Para usted, cantar las alabanzas de Dios es suficiente.
No necesita desear la realización, ni adoptar una sadhana.
El nombre de Dios es todo el alimento que necesita.
Viva de ello.
P.:
Esta constante repetición de unas pocas palabras, ¿no es un tipo de locura?.
Maharaj.:
Es una locura,pero una locura deliberada.
Toda repetición es tamas, pero repetir el nombre de Dios es sattva-tamas debido a su elevado propósito.
Debido a la presencia de sattva, tamas se consumirá y tomará la forma de un completo desapasionamiento, desapego, abandono, distanciamiento, inmutabilidad.
Tamas se convierte en el cimiento firme sobre el que se puede vivir una vida integrada.
P.:
Lo inmutable está muerto.
Maharaj.:
Lo que muere es lo que cambia.
Lo inmutable ni vive ni muere; es el testigo intemporal de la vida y la muerte.
No puede decir que está muerto, puesto que es consciente.
No puede decir que está vivo porque no cambia.
Es sencillamente como su magnetofón.
Graba, reproduce -todo por sí mismo.
Usted sólo escucha.
Similarmente, yo observo todo lo que sucede, incluyendo el hablarle a usted.
No soy yo quien habla, las palabras aparecen en mi mente y entonces las oigo dichas.
P.:
¿No es el caso de todo el mundo?
Maharaj.:
¿Quién ha dicho que no?
Pero usted insiste en que usted piensa, usted habla, mientras que para mí hay pensamiento, hay charla.
P.:
Hay dos casos a considerar.
O bien he encontrado a un gurú, o no.
¿Qué es correcto hacer en cada caso?
Maharaj.:
Usted nunca está sin gurú, puesto que él está intemporalmente presente en su corazón.
Algunas veces él se externaliza y llega a usted como un factor elevador y reformador de su vida, una madre, una esposa, un maestro.
Todo lo que usted debe hacer es obedecer y hacer lo que le dice.
Lo que él quiere que usted haga es simple; aprenda a ser consciente de sí, a auto-controlarse, a entregarse a sí mismo.
Puede parecer arduo, pero es fácil si usted es serio.
Y muy imposible si no lo es.
La seriedad es a la vez necesaria y suficiente.
Todo se rinde a la seriedad.
P.:
¿Qué lo hace a uno serio?
Maharaj.:
La compasión es el cimiento de la seriedad.
Compasión por sí mismo y los demás, nacida del sufrimiento propio y el de los demás.
En el momento que ha visto cuán frágil es su condición, ya está alerta.
Ahora, manténgase alerta, preste atención, pregunte, investigue, descubra sus errores mentales y corporales y abandónelos.
SER
=.RAJA-DHI-RAJ SADGURUNATH SHRI NISARGADATTA MAHARAJ KI YAE.=
SER
=.desde el Silencio del Momento Presente:
OM PAZ PAZ PAZ
"yo soy" Ser/Conciencia/Dicha absoluta, en este momento.
"yo soy" Ser/Conciencia/Dicha absoluta, antes de nacer.
"yo soy" Ser/Conciencia/Dicha absoluta, después de morir.
"yo soy" Sin forma/No nacido/Más allá del tiempo y el espacio.
SER, observación sin juicios.=
SER