OM NAMAH SHIVAYA
."no dos" advaita :
Enseñanza simple que lo único que nos ofrece es NADA, esa NADA que realmente somos
.Editorial Kairós.
(2004)
SER
Si hay algo que siempre me he esforzado por dejar bien claro a los participantes de mis seminarios o retiros es que no quiero vender nada a nadie.
Sin embargo, un día de pronto me di cuenta de que eso no era cierto.
Estoy vendiendo algo que no es nada, en nombre de la Entidad Divina, que, en realidad, no es entidad y, por lo tanto, tampoco es cosa alguna.
¡Y por si fuera poco, lo más gracioso es que les estoy vendiendo esto a ustedes que no son nada!
Realmente es una broma.
Pero hasta que no nos damos cuenta de que lo es, puede ser una broma muy pesada.
<<¿ Quién busca qué ?>>
La ciencia nos dice que el "quién" no existe salvo como un patrón de energía vívida que vibra a una velocidad increíble en un patrón determinado.
Entonces, el quién se desvanece.
El "qué" no es algo que se pueda percibir con ninguno de nuestros sentidos, de modo que también, se desvanece.
Sin apoyo alguno del "quién" y del "que", ¡la búsqueda también se desvanece!
La búsqueda desaparece en esa nada, en ese silencio nouménico puro, donde no hay buscador, búsqueda, ni nada que buscar.
El "quién" no es más que un concepto imaginario.
No hay "quién", ni "qué" que buscar.
Cuando comprendemos esto de verdad, no de un modo intelectual, sino que podemos sentir que no hay "quién" ni "que", experimentamos ese tremendo sentido de la nada y vivenciamos el momento presente, el momento eterno.
De hecho, el momento eterno, el momento presente, es la experiencia.
En el ahora, no hay experimentador experimentando nada.
Lo único que hay es la experiencia que es el momento presente, el aquí y el ahora.
Y en ese momento eterno, en el momento presente, no hay "yo" ni transcurso del tiempo, ni pasado, ni presente, ni futuro.
Cuando no hay "yo" ni transcurso del tiempo, lo único que queda es ese silencio donde no hay conceptuación.
La conceptuación depende enteramente del "yo" y del tiempo.
Si no hay "yo" ni tiempo, no puede haber conceptuación.
Ése es el momento presente, el momento eterno.
Si no hay "yo" ni tiempo, no puede haber conceptuación.
Ése es el momento presente, el momento eterno.
Cualquier experiencia, sólo la "tenemos" cuando hablamos de la misma.
Cuando hablamos de la experiencia es en el tiempo.
Siempre en el pasado.
Cuando hablamos de la experiencia es en el tiempo.
Siempre en el pasado.
La experiencia surge como acontecimiento en el pasado sólo cuando pensamos en ella.
Siempre que hay una experiencia real, no hay experimentador.
Cualquier experiencia es necesariamente una experiencia impersonal.
El acontecimiento impersonal adopta personalidad, asume la individualidad, sólo cuando el "yo" piensa en ella.
Pero esa experiencia ya pertenece al pasado.
Pero esa experiencia ya pertenece al pasado.
De modo que en la propia experiencia, tanto si es de sufrimiento como de éxtasis, en esa experiencia nunca hay un "yo", porque la experiencia se produce siempre y necesariamente en el momento presente, en ese momento fuera del tiempo.
Sucede en una dimensión totalmente diferente.
No es el presente.
Sucede en una dimensión totalmente diferente.
No es el presente.
El momento presente no es el presente, porque "el presente" se asocia con el pasado y con el futuro.
Esta experiencia, cualquier experiencia, placentera o dolorosa, es en el momento presente.
Si comprendemos esto, gran parte de nuestra confusión y de nuestras preguntas desaparecen automáticamente.
De cualquier experiencia en la que podamos pensar, se puede decir :
<<¡Sí! En este momento presente, puedo pensar en la experiencia>>.
Sí que puedes, pero esa experiencia en la que estás pensando es un recuerdo.
Nunca más podrás volver a tenerla.
Puedes tener otra similar, pero jamás será la misma.
Nunca más podrás volver a tenerla.
Puedes tener otra similar, pero jamás será la misma.
La experiencia en el momento presente se esfuma en cuanto piensas en ella.
También, puedes imaginar una experiencia en el futuro.
Tanto si invocamos la experiencia de un recuerdo del pasado como la proyectamos en el futuro, no es el momento presente.
Éste es un viejo truco de la mente, recordar una experiencia y pretender repetirla o justo lo contrario, según fuera ésta aceptable o no.
La comprensión de esto, supone una notable transformación, quizás en un plano intelectual, pero aun así, una transformación.
Incluso cuando se trata de la comprensión intelectual, el resultado de la misma es que la implicación paulatinamente deja paso a la observación.
CUALQUIER PENSAMIENTO, POSITIVO O NEGATIVO, CUANDO NO HACEMOS MÁS QUE OBSERVARLO DESAPARECE Y YA NO NOS IMPLICAMOS EN ÉL.
Esto que decimos aquí es un concepto.
Todo es un concepto.
Todo lo que cualquier sabio, santo o cualquier escritura haya dicho es un concepto.
Todo es un concepto.
Todo lo que cualquier sabio, santo o cualquier escritura haya dicho es un concepto.
Y los conceptos no son la verdad, pueden apuntar a la verdad pero no son la verdad.
Entonces, ¿qué no es un concepto?
En el plano fenoménico, lo único que no es un concepto es el conocimiento de que todo ser humano, todo ser humano sensible, en todo momento de la historia ha sabido :
Yo existo, Yo Soy en este momento, aquí y ahora.
Yo existo, Yo Soy en este momento, aquí y ahora.
Pregunta : ¿qué quiere decir cuando dice que todo es ahora?
Ramesh : Esta es la razón por la que cuento la metáfora del cuadro que mide más de un kilómetro de longitud y diez pisos de altura.
Con nuestra visión física limitada, por más que retrocedamos, sólo podremos ver una parte del mismo.
De modo que tenemos que verlo por secciones y nos costará verlo todo.
Sin embargo, el cuadro siempre ha estado ahí.
Lo que era, es.
Lo que es, es.
Lo que será, también, será.
Pero la mente humana es incapaz de saber esto salvo que sea mediante una percepción intuitiva, nunca a través del razonamiento.
HAY ALGO QUE "ENVUELVE" A TODOS.
ESTÁ DENTRO DE TODAS LAS PERSONAS, DE TODOS LOS OBJETOS.
ESTÁ DENTRO DE TODAS LAS PERSONAS, DE TODOS LOS OBJETOS.
TODO ES CONSCIENCIA
TODO ES UNO
SER
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