domingo, 5 de diciembre de 2021

La Verdad está aquí y Ahora. Sri Nisargadatta Maharaj. OM

SER


SER

=.Sri Babulnath mandir. Mumbai. India.=

SER




=.Sri Nisargadatta Maharaj.=
-.(Mumbai. India. 1897-1981).-


SER

=.YO SOY ESO.=
-.Sri Nisargadatta Maharaj.- 
-.Editorial Sirio,S.A.-
-.Málaga.-
-.(1988).-
-.ISBN: 84-86221-27-8.-

SER


-.extracto del 16 de octubre de 1971.-
=.La Verdad está aquí y Ahora.=

Maharaj.:

Debe usted buscar más allá de la mente.

¿Pero no se da cuenta de que está pidiendo la prueba de la verdad sin explicar cuál es la verdad que tiene en mente y cuál es la prueba que le satisfará a usted?
Puede probar cualquier cosa, con tal de que confie en su prueba.
¿Pero qué probará que la prueba de usted es verdadera?
Yo puedo fácilmente llevarle a admitir que usted sólo sabe que existe -que usted es la única prueba que puede tener de cualquier cosa.
Pero no identifico la mera existencia con la realidad.
La existencia es momentánea, siempre en tiempo y espacio, mientras que la realidad es inmutable y todo-penetrante.

Me alegro de que haya abandonado la idea "yo-soy-el-cuerpo", la fuente principal del error y el sufrimiento.

Su propio ser es lo real.

SER


SER

Pregunta.:

Mi sentido de ser sólo prueba que yo soy; no prueba nada que sea independiente de mí.
Soy relativo, a la vez criatura y creador de lo relativo.
La prueba absoluta de la verdad absoluta:¿qué es, dónde está?
¿Puede el mero sentimiento "yo soy" ser la prueba de la realidad?

Maharaj.:

Por supuesto que no.
"Yo soy" y "el mundo" están relacionados y son condicionales.
Son debidos a la tendencia de la mente a proyectar nombres y formas.

P.:

Nombres y formas e ideas y convicciones, pero no la verdad.
Si no fuera por usted, yo habría aceptado la realidad de todas las cosas, incluyendo la verdad, y aprendido a vivir mediante asunciones.
Pero entonces me encuentro con usted y le oigo hablar de lo absoluto como algo a mi alcance y también como supremamente deseable.
Palabras tales como paz, bienaventuranza, eternidad, inmortalidad, captan mi atención, ofreciendo la liberación del dolor y el temor.
Son despertados mis instintos innatos, la búsqueda del placer y la curiosidad, y comienzo a explorar el campo abierto por usted.
Todo parece de lo más atractivo, y naturalmente pregunto: ¿es alcanzable?
¿Es real?

Maharaj.:

Usted es como un niño que dice: pruébeme que el azúcar es dulce y sólo entonces lo tomaré.
La prueba del dulzor está en la boca no en el azúcar.
Para saber que es dulce debe probarlo, no hay otro modo.
Por supuesto, comienza preguntándolo: ¿es azúcar? ¿es dulce?, y acepta lo que yo le digo hasta que usted lo prueba.
Sólo entonces todas las dudas se disolverán y su conocimiento se vuelve firme y de primera mano.
No le pido que me crea.
Simplemente confíe lo bastante como para empezar.
Cada paso se prueba o se desdice a sí mismo.
Parece que usted quiere que la prueba de la verdad preceda a la verdad.
¿Y cuál será la prueba de la verdad?
Ve usted, está cayendo en una regresión.
Para cortarlo debe cesar de pedir pruebas y aceptar, sólo de momento, algo como verdadero.
No importa realmente lo que sea.
Puede ser Dios, o yo, o su propio ser.
En cada caso usted acepta algo o alguien desconocido, como verdadero.
Ahora, si usted actúa sobre la verdad que ha aceptado, aunque sea por un momento, muy pronto será usted llevado al siguiente paso.
Es como trepar a un árbol en la oscuridad, sólo puede agarrarse de la siguiente rama, cuando está encaramado en la precedente.
En ciencia se llama la Vía experimental.
Para probar una teoría uno lleva a cabo un experimento según las instrucciones operacionales dejadas por aquellos que han realizado el experimento antes que usted.
En la búsqueda espiritual, la cadena de experimentos que uno debe realizar se llama yoga.

P.:

Hay tantos yogas, ¿Cuál elegir?

Maharaj.:

Por supuesto, cada gnani sugerirá el camino de su propia realización, por ser el que conoce más íntimamente.
Pero la mayoría de ellos son muy liberales y adaptan su consejo a las necesidades del indagador.
Todos los caminos lo llevan a la purificación de la mente.
La mente impura es opaca a la verdad; la mente pura es transparente.
La verdad puede verse a través de ella fácil y claramente.

SER


SER

P.:

Lo siento, pero parece que no puedo trasmitir mi dificultad.
Estoy preguntando sobre la prueba de la verdad y me están dando métodos para alcanzarla.
Asumiendo que sigo los métodos y alcanzo un estado de lo más maravilloso y deseable, ¿cómo llego a saber que mi estado es verdadero?
Cada religión comienza con la fe y promete algún éxtasis.
¿Es el éxtasis lo real o el producto de la fe?
Puesto que si es un estado inducido no tendré nada que ver con ello.
Tome el cristianismo, que dice: Jesús es tu Salvador, cree y serás salvado del pecado.
Cuando pregunto a un cristiano pecador, cómo es que no ha sido salvado del pecado a pesar de su fe en Cristo, me responde: mi fe no es perfecta.
Otra vez estamos en el círculo vicioso: sin fe perfecta -no hay salvación, sin salvación -no hay fe perfecta, por consiguiente no hay salvación.
Imponen condiciones que son imposibles de cumplir, y luego nos culpan por no cumplirlas.

Maharaj.:

Usted no comprende que su estado actual de vigilia es un estado de ignorancia.
Su pregunta sobre la prueba de la verdad nace de ignorar la realidad.
Usted está contactando sus estados mentales y sensoriales en la consciencia, en el punto del "yo soy", mientras que la realidad no es contactada, no es experimentada.
Usted da tan por sentada la dualidad, que ni siquiera se da cuenta de ello, mientras que para mí la variedad y la diversidad no crean separación.
Usted imagina que la realidad está separada de los nombres y las formas, mientras que para mi los nombres y las formas son las expresiones siempre cambiantes de la realidad, y no algo separado de ella.
Usted pide la prueba de la verdad mientras que para mí toda la existencia es la prueba.
Usted separa la existencia del ser y el ser de la realidad, mientras que para mí todo es uno.
Por muy convencido que esté usted de la veracidad de su estado de vigilia, no reivindica que sea permanente entre nosotros, excepto que usted está imaginando cosas mientras que yo no.

P.:

Primero me descalifica para preguntar sobre la verdad, ¡y luego me acusa de imaginación!
Lo que para usted es imaginación, para mi es realidad.

Maharaj.:

Hasta que lo investigue.
Yo no le acuso de nada.
Sólo le pido que cuestione sabiamente.
En lugar de buscar la prueba de la verdad que usted no conoce, examine las pruebas que tiene de lo que usted cree conocer.
Hallará que no sabe nada con certeza: usted cree de oídas.
Para conocer la verdad, debe pasar a través de su propia experiencia.

SER


SER

P.:

¿Puede ser encontrada la verdad?

Maharaj.:

¿Dónde está la morada de la verdad para que pueda usted ir a buscarla?
¿Y cómo sabrá que la ha encontrado?
¿Qué muestra traerá usted para examinarla?
Está de vuelta a su pregunta inicial: ¿cuál es la prueba de la verdad?
Debe haber algo incorrecto en la pregunta misma, puesto que tiende a repetirla una y otra vez.
¿Por qué pregunta cuáles son las pruebas de la verdad?
¿No es debido a que usted no conoce la verdad de primera mano y teme ser engañado?
Imagina que la verdad es una cosa que lleva el nombre de "verdad" y que es ventajoso tener, siempre y cuando sea genuina.
De aquí su temor a ser engañado.
Usted sale a comprar la verdad, pero no confía en los comerciantes.
Teme las falsificaciones e imitaciones.

P.:

No temo ser engañado, temo engañarme a mí mismo.

Maharaj.:

Pero se está engañando a sí mismo al ignorar sus verdaderos motivos.
Está pidiendo la verdad, pero de hecho meramente busca comodidad, la cual quiere que dure para siempre.
Pues bien, nada, ningún estado de la mente, puede durar para siempre.
En el tiempo y el espacio siempre hay un límite porque el tiempo y el espacio mismos son limitados.
Y en lo intemporal las palabras "para siempre" no tienen sentido.
Ni tampoco "la prueba de la verdad".
En el dominio de la no-dualidad todo es completo, su propia prueba, significado y propósito.
Donde es uno, no se necesitan soportes.
Usted imagina que la permanencia es la prueba de la verdad, que lo que dura más es de algún modo más verdadero.
El tiempo se convierte en la medida de la verdad.
Y puesto que el tiempo está en la mente, la mente deviene el árbitro y busca dentro de sí misma la prueba de la verdad: ¡una tarea totalmente imposible y sin esperanza!

P.:

Señor, si usted dijera: nada es verdad, todo es relativo, estaría de acuerdo con usted.
Pero usted mantiene que hay una verdad, una realidad, el conocimiento perfecto, por lo tanto pregunto: ¿Qué es ello y cómo lo sabe usted?
¿Y qué me haría decir: "sí, Maharaj tenía razón"?

Maharaj.:

Usted se está aferrando a la necesidad de una prueba, un testimonio, una autoridad.
Sigue imaginando que la verdad necesita ser señalada y que le digan a usted: "Mire, aquí está la verdad".
No es así.
La verdad no es el resultado de un esfuerzo, el final de un camino.
Está aquí y ahora, en el propio anhelo y en la busca de ella.
Está más cerca que el cuerpo y la mente, más cerca que el sentido "yo soy",
Usted no la ve porque mira demasiado lejos de sí mismo, fuera de su ser más íntimo.
Ha objetivizado la verdad e insiste en sus pruebas y análisis estereotipados, que sólo se aplican a las cosas y los pensamientos.

P.:

Todo lo que puedo sacar de lo que usted dice es que la verdad está más allá de mí y que no estoy calificado para hablar de ello.

Maharaj.:

No sólo está calificado, sino que usted es la verdad misma.
Sólo que confunde lo falso por lo verdadero.

P.:

Parece usted decir: no pida las pruebas de la verdad.
Preocúpese sólo de lo no verdadero.

Maharaj.:

El descubrimiento de la verdad está en discernir lo falso.
Puede conocer lo que no es.
Lo que es: sólo puede usted serlo.
El conocimiento es relativo a lo conocido.
En cierto modo es la contrapartida de la ignorancia.
Donde no hay ignorancia, ¿dónde está la necesidad del conocimiento?
Por sí mismos, ni la ignorancia ni el conocimiento tienen ser.
Son sólo estados de la mente que a su vez es tan sólo una apariencia de movimiento en la consciencia, la cual en su esencia es inmutable.

SER


SER

P.:

¿Está la verdad dentro del dominio de la mente o más allá?

Maharaj.:

Las dos cosas y ninguna.
No puede ponerse en palabras.

P.:

Esto es lo que oigo siempre: inexpresable.
Esto no me hace más sabio.

Maharaj.:

Es verdad que a menudo esconde una pura ignorancia.
La mente sólo puede funcionar con términos de su propia fabricación, simplemente no puede ir más allá de sí misma.
Eso que no es ni sensorial ni mental, sin lo cual sin embargo no pueden existir ni lo sensorial ni lo mental, no puede estar contento en ellos.
Comprenda que la mente tiene sus límites: para ir más allá, debe usted condescender al silencio.

P.:

¿Podemos decir que la acción es la prueba de la verdad?
Puede no ser verbalizada, pero puede ser demostrada.

Maharaj.:

Ni la acción ni la inacción.
Está más allá de ambas.

P.:

¿Puede un hombre decir alguna vez: "Sí, esto es verdad"?
¿O está uno limitado a la negación de lo falso?
En otras palabras, ¿es la verdad pura negación?
¿O llega un momento en que se vuelve afirmación?

Maharaj.:

La verdad no puede ser descrita, pero puede ser experimentada.

La verdad puede ser experimentada, pero no es una mera experiencia.
La conozco y la puedo transmitir, pero sólo si usted está abierto a ella.
Estar abierto significa no querer ninguna otra cosa.

P.:

Estoy lleno de deseos y temores.
¿Significa que no tengo derecho a la verdad?

Maharaj.:

La verdad no es un premio por el buen comportamiento ni la recompensa por pasar algunas pruebas.
No puede ser conseguida.
Es la fuente remota, innata, primaria, de todo lo que existe.
Usted tiene derecho a ella porque usted es.
No necesita merecer la verdad.
Le pertenece.
Sólo cese de alejarse al correr tras ella.
Permanezca quieto, esté tranquilo.

SER


SER

P.:

Incluso si rechazo este cuerpo de huesos, de carne y de sangre por no ser yo, queda todavía el cuerpo sutil formado por pensamientos, sentimientos, recuerdos e imágenes.
Si rechazo de nuevo este cuerpo sutil por no ser yo, queda todavía  la consciencia, que es también una especie de cuerpo.

Maharaj.:

Tiene usted razón, ¿por qué se queda ahí?
Vaya más allá.
Ni consciencia, ni el "yo soy", su centro, son usted.
Su verdadero ser totalmente no consciente de sí mismo, totalmente libre de toda autoidentificación con nada, ya sea grosero, sutil o trascendental.

P.:

Puedo imaginarme a mí mismo más allá.
¿Pero qué prueba tengo?
Para ser debo ser alguien.

Maharaj.:

Es al revés.
Para ser no debe ser nadie.
Creerse a sí mismo algo o alguien, es la muerte y el infierno.

El cuerpo está hecho de alimento al igual que la mente está hecha de pensamientos.
Véalos como son.
La no-identificación, cuando es natural y espontánea, es la liberación.
No necesita saber lo que usted es.
Basta con saber lo que no es.
Lo que usted es nunca lo sabrá, puesto que cada descubrimiento revela nuevas dimensiones por conquistar.
Lo desconocido no tiene límites. 

P.:

¿Implica eso una ignorancia eterna?

Maharaj.:

Significa que la ignorancia nunca existió.
La verdad está en el descubrir, no en lo descubierto.
Y para el descubrir no hay ni principio ni fin.
Cuestione los límites, vaya más allá, póngase tareas aparentemente imposibles: este es el camino.

SER


=.RAJA-DHI-RAJ SADGURUNATH SHRI NISARGADATTA MAHARAJ KI YAE.=

SER

=.desde el Silencio del Momento Presente:
OM SHANTI SHANTI SHANTI
OM PAZ PAZ PAZ

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SER

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Ramesh Balsekar habla de Nisargadatta Maharaj. OM

 SER

=.Sri Nisargadatta Maharaj / Ramesh S. Balsekar.=

SER

Extracto de la introducción del libro 

SEMILLAS DE CONCIENCIA

Sri Nisargadatta Maharaj

Editorial Sirio, S.A. (Málaga/1995)

SER

Ramesh S. Balsekar (31 de marzo 1980) :

Cuando se me pidió presentar a Sri Nisargadatta Maharaj a los lectores de este libro, me sentí más bien desconcertado, pues difícilmente me habría considerado a mí mismo idóneo para ello. Antes de que pudiera organizar en mi mente los argumentos por los cuales algún otro debía llevar a cabo esta honorabilísima tarea, se me dijo que Maharaj quería que lo hiciera yo. Con ello, la cuestión quedó zanjada sin más discusión.

Maharaj no es un Sadhu ni un Sanyasi, es un hombre simple, vestido con las prendas más ordinarias, su apariencia es la del sencillo padre de familia que es, exactamente como millones de otros. Durante sus conversaciones dice a menudo que no es una persona instruida y que, por lo tanto, solamente puede hablar de su conocimiento o experiencia personal, y que todo lo que ha sido capaz de conocer sobre su ser verdadero se aplica a todos los demás. Nunca olvidaré una frase suya: "Hubo una época en que me consideraba a mí mismo un ser humano varón, casado y con hijos; entonces me encontré con mi Gurú y bajo su instrucción y sus indicaciones llegué a saber que yo soy el Brahman".

Sri Nisargadatta Maharaj "nació" en Bombay como Maruti Shivrampant Kampli, en el mes de marzo de 1897. La infancia del joven Maruti la pasó en Kandalgaon, un poblado cerca de Bombay. Después de la muerte de su padre en 1915, primero el hijo mayor, y después Maruti mismo, tuvieron que volver a Bombay para ganarse el sustento de la familia. Maruti comenzó su carrera como dependiente en una empresa privada, pero con su temperamento independiente y emprendedor, pronto se estableció por cuenta propia.

Maruti Kampli comenzó su aventura en los negocios con una tienda donde hacían y vendían bidis (cigarrillos hechos a mano), y en un período relativamente corto llegó a ser el propietario de ocho de tales tiendas. En 1924 se casó. Tuvo cuatro hijos -un hijo y tres hijas. La prosperidad económica no pudo aportar a Maruti mucho contento. El ambiente profundamente religioso, la tradición ritualista de la familia en general y su temprana relación en Kandalgaon con un instruido Brahmín llamado Vishnu Gore, habían encendido en él, a una edad muy temprana, las inevitables preguntas concernientes a las relaciones entre Hombre, el Mundo exterior y Dios. 

Fue un amigo suyo, Yeshwantrao Bagkar, quien le presentó a Sri Siddarameshwar Maharaj, del Navanath Sampradaya. Bagkar era bien consciente de la sincera e intensa búsqueda de Maruti por la Verdad, y un día decidió llevarlo a su Gurú. Poco después, Maruti recibió la iniciación de su gurú y prosiguió sus actividades espirituales con un celo y determinación innatas, hasta que culminaron en su logro de la realización. Esto aconteció entre 1933 y 1936. 

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=.Sri Siddarameshwar Maharaj.=

Libros en español:

La llave maestra de la realización del Sí Mismo y Amrut Laya. Editorial Sanz y Torres, S.L. Madrid. 2006.

Amrut Laya II La ciencia espiritual del conocimiento del Sí Mismo.  Editorial Sanz y Torres, S.L. Madrid. 2007.

SER

Sri Siddarameshwar entró en mahasamadhi en 1936. Al año siguiente, Sri Nisargadatta maharaj decidió de repente abandonar a su familia y sus prósperos negocios y peregrinar por todo el país. Después de visitar varios lugares y templos sagrados en la India del Sur y hallándose ya en camino hacia el Norte a fin de pasar el resto de su vida en los Himalayas, se encontró con un condiscípulo suyo. Tras discutir con él, Sri Nisargadatta llegó a la conclusión de que tales peregrinaciones no eran realmente necesarias y que era mucho más significativo llevar una vida activa de acción desapasionada.

Cuando Maharaj regresó a Bombay, encontró que todas sus tiendas, excepto una, se habían perdido, pero tranquilamente decidió que era suficiente para sus necesidades mundanas. Desde entonces, todo ha acontecido espontáneamente, nada ha sido hecho con intención o esfuerzo consciente.

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=.Sri Nisargadatta Maharaj.=

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Maharaj hace referencia al momento de la muerte y a cómo una experiencia que es traumática para una persona ordinaria, se convierte en motivo de gran éxtasi para el Jnani. A veces dice que sabe esto debido a que ha presenciado su propia muerte.

Todo lo que Maharaj dice brota con una espontaneidad tan viva, con una seguridad tan calmada, y con una autoridad tan fresca que instintivamente se siente la presencia del Maestro, y se reconoce la Verdad, aún cuando uno no pueda comprenderla totalmente. El nunca cita ninguna autoridad para justificar sus palabras, ni siquiera los Vedas. Habla desde un nivel que está más allá de las palabras, y al que los Vedas no superan.

Maharaj nos dice que siempre que un individuo sueña, tiene la experiencia del mundo creándose en la consciencia. Cuando una persona no está plenamente despierta y su consciencia meramente se mueve, entonces sueña; y en su sueño, en esta minúscula mota de consciencia, en una fracción de segundo, se crea un mundo entero exactamente similar al mundo de la vigilia, y en ese mundo se ven la tierra, el sol, colinas y ríos, y gentes -incluido el soñador mismo- comportándose exactamente como en el mundo de la vigilia. Mientras la persona está soñando el mundo del sueño es muy real: sus experiencias -tanto de placer como de dolor- son extremadamente realistas. Pero una vez que se despierta, la totalidad del sueño se sumerge en la consciencia dentro de la cual se originó.

 "En el estado de vigilia -dice Maharaj-, el mundo emerge debido a la ignorancia (Maya) y nos introduce en un estado de sueño-despierto. Tanto sueño profundo como vigilia son nombres erróneos, pues en ambos usted está sólo soñando; sueña que está despierto o sueña que está dormido. Sólo el Jnani conoce el verdadero despertar y el verdadero dormir. Vea todo como un sueño y permanezca fuera de él. El principal punto que hay que entender es que usted ha proyectado sobre usted mismo un mundo de su propia imaginación, basado en recuerdos, deseos y temores, y que usted se ha apresado a usted mismo en él. Dése usted cuenta de eso, rompa el hechizo y libérese".

Maharaj resume repetidamente su enseñanza pidiendo a sus oyentes que vayan más allá de sus palabras,, "Regrese a su Origen y more en él". El Origen es la Realidad, nuestro verdadero estado, anterior a la llegada de la Consciencia, estado en el que no hay necesidades de ningún tipo y es anterior a la ilusión de los aconteceres: concepción, nacimiento, desarrollo de la vida y, finalmente, la muerte del cuerpo. "Usted" está siempre separado de la totalidad de este "espectáculo", simplemente preséncielo.

"Saber con una convicción difinitiva -dice Maharaj- que usted no está en el cuerpo ni en la mente, aunque sabe que ambos están presentes, es ya conocerse a sí mismo. La liberación no es cuestión de adquirir algo, sino de convencerse de que usted ha sido siempre libre, y es cuestión de coraje para actuar de acuerdo con esa convicción. No hay nada que cambiar; únicamente cuando la idea misma de cambio se ve como falsa lo sin-cambio podrá mostrar su naturaleza propia".

El enfoque de las enseñanzas de Maharaj suele sorprender a sus oyentes. Por ejemplo, sobre el tema del amor lo habitual ha sido siempre decir que no puede haber progreso espiritual sin amor hacia los demás. Este planteamiento podría ser fácilmente motivo de frustración para el buscador honesto que sabe que él no ama -ni puede amar- a los demás como a sí mismo. Qué alivio, por lo tanto, oír decir a Maharaj: "Sea sincero con su propio ser real. Ámese a usted mismo absolutamente. No pretenda que usted ama a los demás como a usted mismo. A menos que usted se haya dado cuenta de que los demás son uno con usted mismo, no podrá amarlos. No pretenda ser lo que no es, no se niegue a ser lo que es. Su amor por los demás es el resultado del conocimiento del ser real, no su causa"

Y finalmente, qué alentador escuchar a Mahraj decir: "Lo que usted ha aprendido aquí es una semilla. Aparentemente podrá olvidarlo. Pero esa semilla vivirá, y a su debido tiempo brotará, crecerá, y dará flores y frutos. Todo acontecerá por sí mismo. Usted no necesita hacer nada: solamente, no lo impida".

SER

=.Sri Nisargadatta Maharaj y Ramesh S. Balsekar por Bombay.=

=.desde el Silencio del Momento Presente:

OM SHANTI SHANTI SHANTI

OM PAZ PAZ PAZ

SER




jueves, 18 de noviembre de 2021

Sé una luz. (4) Dña Consuelo Martín. OM

 SER


-.desde el Silencio en Espíritu y en Verdad.-

SER

=.Usa tu propia luz
para retornar a la fuente de luz.
Esto es practicar la eternidad.=
Tao Te Ching, 52


SER


-.Dña. Consuelo Martín.-

Doctora en filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, en 1981 le otorgó el título de doctora cum laude en Filosofía por su tesis Conocimiento y Realidad.
Especialista en filosofía advaita (no-dual) de la India.

SER


-.extracto de:

SÉ UNA LUZ

INVESTIGACIONES SOBRE EL SER Y EL CONOCER

Editorial Dilema 
2008. Madrid.
info@editorialdilema.com

I.S.B.N.: 84-96079-05-8

SER

=.Sólo es posible la ayuda a quien ya siente los síntomas del próximo alumbramiento de la verdad.
Para ellos son estas reflexiones, para ellos la expresión racional de la evidencia nacida en lo íntimo de la conciencia.
¡Que este libro llegue a cuantos están ya <<embarazados>> de la luz interior!
Que la lectura de estas páginas les acompañe en esta magna tarea: el reconocimiento del resplandor de la luz que somos a todos los niveles existenciales.=
-.Consuelo Martín.-

de la Introducción:

El mismo que investiga, es a la vez el objeto de estas investigaciones.
No puede ser de otra manera si es la conciencia la que queremos iluminar.

La palabra investigación se emplea aquí con un sentido muy definido: Es la apertura a la intuición verdadera, y a la contemplación de lo real.

Los métodos siempre llevan a alguna parte y no queremos ir a lugar alguno.
Sólo ser luz.

Investigar por amor a la verdad, para serla.

Investigaremos sobre la realidad, desde nuestro mismo vivir.
Desde el vivir la realidad que conocemos y la realidad que somos.
¿Qué será entonces la Verdad?
Será lo verdadero como estado de ser, o mejor como puro ser.

Esta es la vocación de la sabiduría, la que tienen todos los amantes de la verdad.
¿Habrá alguien que no lo sea?
Y desde ese innumerable número de amantes, es la verdad la que se busca a sí misma.
Ser sabio no es saber muchas cosas, es aprender a vivir en cada instante, siempre nuevo, desde lo desconocido.
Y eso sólo es posible si puedo descubrir esa luz que está en mí iluminándolo todo.
Ser sabio es no saber nada y saber todo simultáneamente desde la luz.

SER

-.extracto de:

INVESTIGACIÓN - IV

=.EL RESPLANDOR DEL ORIGEN.=

Nos parece que el discernimiento es un juicio en la mente pensante.
Y en ese juicio el sujeto que juzga está implicado.
Nos interesa discernir para saber qué conviene al sujeto.
Pero de esta manera, juzgando con una motivación, no aparece el verdadero discernimiento.
Lo que aparecen son opiniones condicionadas a interpretaciones, conclusiones fraguadas en la memoria.
Y aquello entra en el campo de lo conocido.
Mientras que el discernimiento no pertenece nunca a lo conocido.
Es desconocido siempre.
Lo desconocerá inevitablemente la mente que juzga.
Y surgirá como algo nuevo, no preparado, no esperado.

El verdadero discernimiento que sobrepasa a la persona que juzga, que es evidente por sí mismo, ese rayo de luz, es impensable e inesperado.
Por eso no es una herramienta, no sirve para algo, no es una fórmula que guardamos en la memoria para cuando sea útil.
No es un objeto porque no entra dentro de lo conocido, a lo que más se parece es a la inspiración.
Los artistas, y todos los somos en alguna medida por el simple hecho de vivir, sabemos lo que es la inspiración.
Algo que irrumpe atemporal y atraviesa todos los niveles de lo conocido.
El discernimiento es así.

Hay que ir a buscar el origen de la luz para saber cual es el origen del discernimiento.
Porque su fuente no está en la mente.
Está en la luz misma que atraviesa la mente.
Diremos que el discernimiento es el resplandor de la luz.
Aparece así, como una clara iluminación instantánea.
Es un resplandor que viene de origen, lo que crea esa claridad.
Desde allí, el pensamiento se va iluminando.
Y ese pensamiento iluminado va poniendo orden en lo manifestado, en las cosas.

Ese es el verdadero orden, la verdadera armonía, la que viene directamente de la luz.
Se distingue lo esencial de lo no esencial, se crea un orden de valores.
Y el orden tiene que estar creándose en cada instante por el contacto de la luz.

El discernimiento crea una armonía, un bello orden entre las cosas.
No está establecido por la memoria, condicionado a unas reglas del pasado.
Crea una armonía espontánea.
Y nada se excluye ahí, todo se acepta dentro del marco armónico de la inteligencia creadora.
Si nos abrimos a la luz, aparece el discernimiento y vemos desde la mirada de la inteligencia.

En el ámbito problemático en el que nos encierra el pensamiento no existe discernimiento porque no dejamos ahí un lugar para la luz.
Cuando no coinciden los hechos del exterior con mis planes, y se produce la ruptura, la desarmonía, no hay claridad.
Estoy atado a algo que interfiere, que no deja pasar la luz a través de mí.
Aferrándome a algo particular, por salvarme en lo limitado, por el miedo a perderme, me he perdido.

Cuando no hay discernimiento sólo hay oscuridad.
No me pierdo en la oscuridad a causa de algún objeto, me pierdo únicamente por eso, porque no hay luz.

Porque la verdad no está nunca en el objeto que se ve, ni tampoco la falsedad.
La verdad está en el ver mismo, es la lucidez misma que ve.
Y el discernir no es encontrar las cosas verdaderas entre las falsas, o escoger lo correcto en la conducta y eliminar lo incorrecto.

No hay cosas verdaderas ni conducta recta o incorrecta.
No hay seres humanos morales o inmorales, justos o injustos.
Eso es la interpretación que el pensamiento hace ante los retos del vivir.
Pero discernir no consiste en esa criba, en esa separación.
Viene de la total unidad.
Y es algo impensable, no lo podemos por eso codificar.
No se pueden hacer leyes o normas con la verdad.
Porque la verdad no está en los objetos.
Los objetos son reflejos de la luz.
Y cuando los objetos están iluminados, resplandecen con el resplandor de la luz.

SER

=.Gautam Mukherjee.=

SER

=.NINGÚN OBJETO.=

Mientras miro el proceso de la mente, ¿dónde estoy yo con él?
No aparezco.
Y es que no soy ninguna cosa de las que proyecta la luz..
No soy nada objetivable.

No soy las cosas, ni soy el cuerpo a través de cuyos sentidos se perciben esas cosas, ni soy la mente que lo piensa.
No me puedo encontrar en ningún objeto.

Siempre que crea que soy algo en particular, me sentiré limitado, esclavizado.
Esta es la esclavitud de la que hay que liberarse.
La esclavitud de sentirme una cosa en particular, de sentirme finito.

Me empeño en ser algo, por miedo a no ser.
Y cuando soy algo, dependo de un limitado reflejo de la luz.
Podría ser la luz.
El discernimiento aparece cuando me voy dando cuenta de lo que no soy, al soltar lo irreal e identificarme con lo real.

En la mente sólo tenemos un mundo de relaciones.
Ese mundo de juicios que maneja situaciones y cosas, comparándolas, no es verdadero por sí mismo.
Es un movimiento siempre en cambio.
Por eso con la mente pensante no podemos descubrir la verdad.

Y como todos los conocimientos que tenemos son adquisiciones mentales, veremos que no hay conocimientos verdaderos

La verdad no es un conocimiento.
Lo conocido no es verdad por ser una objetivación, una distorsión de la luz.
No es verdadero en sí mismo, aunque pudiera ser verdadero relativamente.

Sólo existe la verdad como un estado de ser.
No puedo conocerla.
Porque conocer es separar algo de lo demás y determinarlo como <<esto>> o <<aquello>>.
No puedo por tanto conocer lo verdadero, sólo puedo serlo.

Sólo puedo ser la lucidez para ser verdadero.
Y ella crea verdades en el movimiento del vivir, verdades relativas, en cambio incesante.

SER

=.Gautam Mukherjee.=

SER

=.DISCERNIR ENTRE LOS OPUESTOS.=

El movimiento del discernimiento es la creación constante a partir del origen, a partir de la luz.

Se separa por el discernimiento lo que está iluminado de lo que no está iluminado.
Se distingue lo real de lo no real.

Lo que está iluminado es lo real y lo que no está iluminado ¿qué será?
Una invención, una imaginación en la luz misma.
Lo verdadero y lo falso es a la vez lo real y lo ilusorio.
No hay nada sustancialmente falso, se trata siempre de lo imaginado, lo pensado.

Lo real en el momento en que está iluminado es la luz misma que ilumina.
Si mi identidad se va retirando hacia la luz espontáneamente, desde allí ilumina todo.

El mundo manifestado siempre es una relación entre opuestos.
El sufrimiento y el placer, lo alto y lo bajo, lo bueno y lo malo.
Siempre estarán los opuestos en contraste.

La luz los ve desde el origen, que es único.
No los ve como dos cosas separadas, irreconciliables, en lucha dolorosa, sino como una expresión múltiple de lo uno.

Si miro desde la luz el movimiento exterior de los opuestos, descubriré la alegría, la serena felicidad que produce la libertad de estar más allá de los opuestos, del placer y el dolor.
Aunque sufra y me alegre en la superficie de mi conciencia, aunque pase por distintos momentos mi persona, estaré mirando ese movimiento cambiante desde la libertad que nace de la luz.

En la tradición vedanta de la India hay una alegoría evocadora.
Igual que a la flor de loto nunca se le pega el agua, así no se pega el error a la persona que lo comprende.
No está la persona separada del bullicio de los opuestos.
Siempre lo verdadero y lo falso, lo agradable y lo desagradable, están alternándose.
Pero resbalan por la superficie, pasa como el agua y no queda nada adherido si brilla el discernimiento, cuando se comprende, cuando se ve desde la luz que es la única manera de comprender.

Comprender no es barajar las ideas comparándolas.
Dentro del pensamiento nos movemos en un círculo cerrado.
Es un relacionar datos análogos al de la computadora, sin salir del mismo círculo.
Puedo darme cuenta de que la conclusión está ya en las premisas, por lo que todo el pensamiento lógico es un movimiento dentro de lo conocido, de lo que ya se sabe antes de comenzar la investigación.
No sirve para descubrir algo nuevo.
Cuando no irrumpe la luz del discernimiento, todo se reduce a dar vueltas entre los opuestos.

SER
=.Adolph Gottlieb.=

SER

=.LA RAZÓN Y EL DISCERNIMIENTO.=

Razonando ¿dónde llegamos?
Las conclusiones ya estaban en los datos que manejábamos.
No se encuentra nada nuevo.
El proceso del pensar lógico es análogo al funcionamiento del ordenador; ahí aparecen las soluciones únicamente por la relación de los datos que ya se han introducido.
Así funciona la lógica en todo el pensamiento racional.
No va más allá.

La actividad del pensamiento sólo maneja verdades relativas. y la verdad no es una relación, es lo que es en sí, la esencia de lo que aparece.

El discernimiento es instantáneo.
Sin embargo no sustituye a la razón, sólo la pone en su sitio, en el de instrumento útil.

Si tenemos una calculadora o un ordenador, puede sernos útil.
Pero si cifráramos nuestra capacidad de inteligencia en un aparato, estaríamos locos.
Y es lo que hacemos normalmente.
A este aparato pensante le damos la autoridad de la inteligencia, siendo simplemente un instrumento.

Hemos de descubrir directamente con la luz.
de ahí vendrá toda inspiración.
Los descubrimientos que el ser humano ha hecho han surgido así, nunca nacieron del pensamiento.
Tratamos de dar vueltas sobre lo conocido, pero nuestra esencia, lo que somos, no la encontraremos así.

La verdadera alegría, la plenitud del vivir, aparece al abrirnos a Aquello desconocido, a nuestro ser.

Cuando, cansados de mirar entre las cosas, miramos qué es lo que las origina, vemos que con sus múltiples niveles el universo no tiene sentido por sí mismo.
Se ha intentado estudiar desde todos los ámbitos y aún está por comprender.
Sin embargo, esporádicamente alguien se siente libre y pleno por su comprensión.
¿Cómo puede ser si aún las ciencias no se han aclarado?
La física está perpleja, la sicología no encuentra salida, la religión ya ha pasado, la filosofía sigue pérdida...¿qué ha hecho esa persona para encontrar la solución?
Prescindir de todo el conocimiento establecido y buscar dentro de sí misma.

Y si alguien ha descubierto la verdad ¿no podría poner todo el conocimiento racional en orden?
No, no puede, porque todas las ciencias, la política, la religión, la cultura en general, son expresión del estado de conciencia de las personas que las integran.
Y mientras tengan una cierta visión limitada, los conocimientos seguirán esa senda.
Si la visión es deformada, los conocimientos tendrán esa deformación inevitablemente.

Lo único que puede hacer quien ha descubierto algo de lo real, es incitar a otros para que miren en esa dirección.
No darles la solución como se da un objeto.

Aunque alguien tuviese disernimiento, lo cual ya vimos no es exactamente así, no podría darlo a otros.
Porque eso equivaldría a una objetivación de la verdad.

Y la luz no es nada concreto, no la puedo delimitar.
Es aquello por lo que todas las cosas se pueden ver.
Soy aquello por lo que todo se revela.
Todo está en mí en potencia ¿por qué busco cosas particulares?

Sufrimos el carecer de algo en particular, porque no hemos descubierto que somos la luz que puede crear, que lo está creando todo.

El discernimiento es la consecuencia de permitir que la luz pase arrastrando lo falso como un aluvión de ideas y creencias preestablecidas.
Permitiéndonos ser.

SER

=.Gautam Mukherjee.=

SER

=.UNA LÁMPARA ENCENDIDA.=

Para el aspirante a la sabiduría, no hay ninguna disciplina, más que el discernimiento.
Es una extraña disciplina, única pero constante.
¿Y en qué consiste la disciplina del discernimiento?
Consiste en mantener la luz encendida.

El discernimiento es como una lámpara que hay que mantener encendida en medio de los vientos de las opiniones y los deseos que soplan siempre y por todos lados.
Arreciarán los vientos de la duda, los vientos de las normas establecidas, los vientos del miedo y de la ambición.
Estarán ahí los vendavales prontos a apagar la luz.

Y manteniendo la lámpara encendida a pesar de las corrientes de aire, tendremos discernimiento.
Si se apaga la lámpara hay que encenderla, si se oscurece nuestra mirada estaremos en la oscuridad.

Podemos practicar entonces todas las disciplinas que queramos, métodos, técnicas, podemos acumular toda la astucia almacenada por la humanidad durante siglos, si no hay luz, será inútil.
Lo único inteligente cuando se apaga la lámpara y nos quedamos a oscuras, es volver a encenderla.

Investiguemos inteligentemente cómo mantener esa lámpara encendida.
Nosotros somos la lámpara.
Tendremos que encendernos a nosotros mismos, ser luminosos.
Iluminará dándonos cuenta de que somos lo que ilumina.

Si hemos cubierto la luz, si nos hemos ofuscado, si todo se ha oscurecido, ocultando con varias capas de errores la lucidez originaria, será porque no sabemos lo que somos, porque creemos que somos esto o aquello.

A pesar del poema maravilloso de la vida y el espectáculo de la creación que nos lo está señalando todo el tiempo, no vemos lo que somos, distraídos por la expresión siempre diferente de la luz.

Notamos que los estados de ánimo cambian, que se mueven las situaciones, las imágenes y las ideas.
Queremos mantener algo en el tiempo, intentamos que lo impermanente permanezca.

A pesar de la llamada constante de la vida para que descubramos la realidad, no nos damos cuenta de que la realidad percibida es un reflejo de la verdadera realidad que somos.
Vivimos los cambios en lo manifestado en nosotros y fuera de nosotros.
A menudo se producen sin que los observemos.

Vivimos incluso el giro de tener un cuerpo vivo en un momento y al siguiente no tenerlo.
A pesar de esas transformaciones tan fuertes, todavía no nos hemos dado cuenta de que hemos de encontrar nuestra identidad más allá de las formas.
Las formas aparecen y desaparecen; siempre se están moviendo.
Son proyecciones, son reflejos.
Ver esto es discernimiento.

La verdadera libertad nos sorprende cuando miramos directamente la conciencia que ilumina, cuando contemplamos esa luz.
Con la lámpara del discernimiento encendida, miremos en esa única dirección.

Porque la verdad está en la mirada y lo real es el mirar verdadero.
Si la mirada está nublada por el error, todo lo que aparezca desde ella estará distorsionado.
Y si la mirada es limpia, transparente, permitirá que la luz pase y todo aparecerá en su lugar.
Habrá armonía.

SER

=.Adolph Gottlieb.=

SER

=.DESDE DÓNDE MIRO?

¿Podemos apartar nuestra mirada de lo que vemos que es irreal y simultáneamente ponerla en lo real?
Este sería el principio de la contemplación.
Si hiciéramos esto, si fuéramos capaces de centrarnos en esa lucidez permanente, nuestra vida quedaría iluminada desde dentro.
Aquello que no es una interpretación más, sino la realidad misma, se expresaría en nosotros en el ver y en el actuar.

Como un río luminoso es el fluir interno de la contemplación.
En él no hay dudas acerca de qué hacer, o qué no hacer.
Cuando alguien comienza a fluir con este río, se transforma el acontecer en el que todo se resuelve con esfuerzo y cálculo, en un estado en el que la vida, providencia divina, lo va regando todo fluidamente.

Desde un mundo dividido en múltiples objetos finitos por conocer, llegamos a la unidad de conciencia, donde lo conocido se es.

Nos hemos aislado en una zona de la conciencia y, desde un centro en el que nos identificamos como persona, actuamos.
Desde ahí tenemos que hacerlo todo con esfuerzo, preocupándonos constantemente por el resultado de nuestros trabajos.

Pero si nos apoyáramos en la verdad que hemos visto, si estuviéramos tan abiertos a su presencia que perdiera interés ante ella lo demás, la verdad misma iluminando iría poniendo cada cosa en su lugar, sin esfuerzo.
Y eso es lo que, a pesar de las apariencias, está sucediendo siempre.
Todo está movido por la Inteligencia, lo veamos o no.

Cuando creemos que tenemos que actuar desde las conclusiones pensadas, de acuerdo a nuestro pensar va trazándose nuestro vivir.
Porque nuestra manera de ver va creando realidades relativas en cada momento.

Si creo que estoy separado, vivo en un mundo separado, mis estrechos pensamientos lo delimitan.
Parece que todo está ya hecho y hay que aplicar el análisis y el razonamiento para cambiarlo.
Pero no es así.

La vida se está haciendo constantemente a través de mi mente.
Los errores que encuentro en las situaciones que se crean a todos los niveles y en todos los campos, no se desharán si los remito a fallos de una realidad exterior.
¿Dónde ubicaría esta realidad fuera de la conciencia única?

Los errores empiezan a disolverse cuando aprendemos a mirar nuestra misma manera de ver.

Donde vemos que algo fluye espontáneo en armonía con lo demás, sabemos que la mirada está bien enfocada.
No partirá de algo en particular, será una mirada desde el infinito.

Por eso para ser verdadero he de enfrentarme con mi propia manera de ver todas las cosas.
No he de luchar contra nada para conseguir algo.
Sólo me daré cuenta de cómo estoy mirando.
Si miro a partir de la luz o desde alguna idea equivocada.
Sólo eso.

Al darme cuenta de ello, trato de estar en silencio para que la luz pase a través de mi mente.
¡Pero tengo tantos obstáculos!...
Miles de pensamientos se interponen entre mi mente y el silencio.
Me distraigo.
¿Qué hacer con esos pensamientos?
Cada uno representa el interés que tengo por alguna cosa.
¿Por qué tengo tantos intereses?
¿Por qué no tengo solo uno, si lo real es único?

Di importancia en algún momento a aquello que pasa por mi mente, aunque ahora piense que no me interesa.
Una frase que oí, los versos de una canción, una idea obsesiva, una noticia, cualquier cosa.
Lo consideré real, de no ser así no se presentaría ahora ante mi conciencia.
Algo de mí puso allí su interés.
Y ¡qué fuerza tiene la mente para crear y deshacer realidades!

Nos parece que las realidades se nos presentan desde fuera.
No nos damos cuenta del proceso que las está creando.
Todo cuanto veo como un obstáculo, cuando quiero penetrar en el silencio de mi conciencia, son cosas a las que he dado una realidad que no tienen por sí mismas.
Habrá que quitar la realidad de donde se colocó equivocadamente.

SER

=.Alfonso Cuñado.=

SER

=.¿DÓNDE ESTÁ MI INTERÉS?.=

Estuve interesado por algo irreal, formas de mi psiquismo confuso, rastros incompletos de mis hábitos de pensar.
Pero estoy descubriendo algo nuevo.

Puede que haya llegado ya el momento en que me interese por lo que es, por lo que realmente soy.
Así quizá aparezca la luz y contemplando esa luz podré permanecer despierto, en ese punto luminoso de donde surge el intenso anhelo por lo verdadero.
Me quedaré ahí, en la claridad que aún en la máxima confusión brilla, en el simple acto de darme cuenta.
Ese punto de lucidez crecerá al contemplar hasta llenarlo todo.
Porque lo que primero fue mi interés después será mi identidad que irá integrándose en esa luz.

En todo momento contemplativo, la luz crea a partir de la verdad.
Mientras que la mente dispersa está creando en cada momento deformaciones, sombras, caricaturas de la verdad.
Siempre crea la luz, es lo único que hay, pero aparecen deformaciones entre los reflejos y las sombras.

La mente contemplativa crea la vida verdadera.
Al contemplar incesantemente, se pone de manifiesto el sentido luminoso de la vida.
Si quiero vivir de veras en cada instante, en cada instante tengo que contemplar.
El vivir mismo que descubro en la respiración está cuajado de significados.
Porque detrás de lo que llamo vivir, detrás del pensar, del sentir, del actuar, está el ser.
Y el ser, siendo Inteligencia en sí, crea significados verdaderos constantemente.

Todas las separaciones, las divisiones que aíslan a las personas, deshacen y sólo queda el juego inteligente de la vida una.
Son chispas del fuego de la conciencia, bellas obras de arte formadas incesantemente en la unidad total.
Si no las vemos bien, nos parecen realidades separadas que a veces nos preocupan, nos asustan y a veces nos atraen, nos dominan.
Simple reflejos en el ámbito infinito de la conciencia en el que nos movemos.

¡Qué distinta es la vida vivida así!
Mi interés está colocado en el vivir mismo.
El amor es entonces un compañero habitual.
Y me siento siempre rodeado de él, porque contemplo siempre la unidad en las aparentes separaciones.

SER

=.Gautam Mukherjee.=

SER

=.VIVIR ES UNA ILUMINACIÓN.=

Lo bello es verdadero.
Al buscar situaciones hermosas, a través de la belleza de una sonrisa, desde las cosas bellas de la vida, está extendiéndome la mano del Ser.
Puede que me entretenga entre las formas y constantemente me engañe, porque son cambiantes y limitadas.

El anhelo de lo bello es expresión directa de lo real que es la belleza total.
Y la armonía en la multiplicidad de este espectáculo es bella por la unidad que la está creando.
La armonía lo incluye todo, lo abraza todo, porque todo viene de allí.

Es mi mirada la que tiene que hacerse una con esa belleza y así todas las cosas me parecerán siempre hermosas, aunque existan tantos contrastes en el ir y venir de los opuestos, entre lo bello y lo feo.
Sin embargo no existe la fealdad, que es sólo la manera de nombrar una relación particular, limitada y separada.
En lo ilimitado sólo hay belleza.

Con los ojos del infinito, con ojos contemplativos, todo se ve bello.
La luz está siempre ahí, creando bellamente el espectáculo.
Vivir es una iluminación

Destruir y crear es una misma cosa, un mismo proceso de iluminación.
Destruir lo falso para que aparezca lo verdadero es el movimiento de la vida.

Ahora bien, si ha habido iluminación y un ser humano la ha vivido en un momento dado, no será a partir de entonces <<un iluminado>>.
La persona no ha hecho más que constatar lo que está sucediendo constantemente.
Siempre está surgiendo la iluminación, incesantemente lo falso muere para dar nacimiento a lo verdadero.
Y en cada instante hay una explosión de inteligencia que da sentido al existir.

El darnos cuenta es lo que oscila.
A veces estamos dormidos y súbitamente nos despertamos a esa luz clara que siempre estuvo presente.
La realidad es un resplandor de la luz que aparece en el tiempo.
Y aparece en algunos momentos.
Pero el resplandor es eterno, atemporal.

Cuando busco sentido a mi vida, cuando necesito claridad y quiero ser verdadero, he de contemplar esa realidad, allí donde se encuentra, desde donde empiezan a aparecer sus destellos.
Y daré valor a lo que verdaderamente lo tiene.
Originariamente ese valor me estaba iluminando, pero no lo miraba con ojos verdaderos.
Mis deseos y anhelos se estaban dispersando en situaciones cambiantes.
Esos mismos deseos, están marcando el punto donde debo tomar el hilo de la contemplación, que llevará mi mirar hasta lo ilimitado.
Y la contemplación de lo infinito hará mi mirada infinita.
A partir de entonces se movilizará sola toda la conciencia en dirección a lo justo en cada situación.

Una manera diferente de ver, una visión totalizadora, transforma completamente la conciencia en dirección a la madurez, el equilibrio, la sabiduría.
No se puede mover la mirada sin que se mueva con ella toda la manifestación.

¿Y anhelaríamos la claridad, anhelaríamos la plenitud si no fuésemos esa claridad y esa plenitud en lo profundo de nuestro ser?
No buscaríamos la verdad en las relaciones del vivir, si no fuera porque desde el fondo de ella misma con la fuerza de la luz, nos empuja.

Es inútil luchar contra los deseos, por eso no tratemos de controlar ni reprimir los pensamientos que están enlazados con esos deseos.
Miremos hacia donde apunta nuestro anhelo profundo, y todas las demás cosas se irán armonizando por la espontánea iluminación de la conciencia.

SER

=.Adolph Gottlieb.=

SER

=.Y NOS COMPRENDEREMOS.=

No hay nadie que actúe mal o bien.
Nuestro interés por las acciones buenas y el rechazo de las malas, tiene que irse diluyendo en la verdad que estamos viendo ahora.

Aquella persona que nos parece que actúa mal, está siendo movida por la misma fuerza que nos mueve a nosotros, el mismo impulso hacia la unidad.
El Ser infinito está moviendo todo en lo finito, e igual que yo, aquella persona mientras está dormida se entretiene en lo particular.

Las conductas inadmisibles y los hechos equivocados son relativos.
La diferencia se da en el nivel de apego a las cosas finitas.
Y las consecuencias de las acciones erróneas son malas en relación a lo limitado.
Pero lo infinito es libre.
Y desde la libertad de lo infinito lo finito es adecuado.
Se expresa el bien espontáneamente.

Como yo me duermo, se duermen los demás en lo cambiante que aparece.
Y así como yo puedo despertar en un momento dado, los demás pueden despertar.
Si en mí he visto que ese anhelo profundo permanece, a pesar de todas las distracciones, tengo que comprender que en todos permanece.

Es posible comunicarnos, porque nos ilumina la misma luz.

Y nos comprenderemos y podremos comprender a todos los seres humanos.
A los más despiertos nos resulta más fácil, a los más dormidos parece a veces difícil, si lo que están soñando es distintos a lo que soñamos nosotros.
Pero el proceso de comprender al descubrir la conciencia dormida, es el mismo.
Por eso cuando digo: <<no entiendo a esta persona>>, es lo mismo que si dijera: <<no me estoy entendiendo bien a mí mismo>>.

SER

=.Alfonso Cuñado.=

SER

=.COMO UN TESTIGO.=

En la tradición <<advaita>> de la India se habla del <<testigo>> en el movimiento del ver y el conocer.

Esa chispa de conciencia, esa luz que soy en todo momento, es efectivamente un testigo imparcial de todo el proceso de la mente.
Volcado como estoy hacia el exterior, no me doy cuenta de que soy esa conciencia y lo demás es reflejo de ella.
Me realizo, llego a ser lo que siempre fui inadvertidamente, tomando conciencia de esto.

Se vive así, como un testigo que sólo ve pero no juzga, no se compromete, no reacciona en contra o a favor de lo que ve.
Sólo contempla el espectáculo de la conciencia.

Ese testigo, aquello que se da cuenta, permanece tanto en el silencio como en la palabra, en acción o en inmovilidad, con emoción o sin ella.

Mantenerse en ese testigo es volverse a sí mismo, estar en aquello que contempla lo infinito, la inmensidad del silencio y se da cuenta a la vez del dibujo que se va haciendo en lo finito, en lo limitado de la conciencia superficial.
Lo permanente en mí es eso.
No encontraré permanencia en ningún objeto de mi conciencia, sólo en el origen del mismo concienciar inmóvil, como un testigo.

Lo que está en el tiempo, por más que me interese en su duración, no permanecerá, porque es por naturaleza inestable.

Sólo la ilusión permanece en el tiempo.
Al salir fuera de la ilusión descubro lo eterno, la lucidez de la conciencia que ve.
En esa lucidez aparece ese espacio finito, cuajado de infinitas posibilidades.
Aparecen los distintos mundos psicológicos y físicos en los que me hallo.
Y puedo aceptar entonces que sean cambiantes.

Al principio, situar mi identidad en este observador, puede ocasionar algunos cambios en el exterior.

Centrado en la entidad ocasional que creo ser, con el tiempo se van haciendo hábitos.
Y los demás me van conociendo por esas formas de actuar mecánicas.

Tengo que ir descentrándome de ahí, he de hacer un trasvase, he de dejar el centro provisional que se fue formando mientras desenvolvía mi verdadero centro, la conciencia de sí.
Me voy alejando de las viejas posiciones ya establecidas y conocidas por los demás.

Hay desfases, actitudes desacostumbradas, que se confunden con indiferencia o aislamiento.
Esos desajustes son pasajeros, duran sólo mientras los vehículos externos van aprendiendo a adecuarse a la atención.
Después el funcionamiento se va haciendo espontáneo.
Se irá perdiendo el miedo a que los movimientos superficiales de mi siquismo me hagan perder la conciencia de lucidez.

Descubriré que mi naturaleza auténtica es esa atención no condicionada, esa conciencia luminosa que siempre está ahí.
Y al sentir esta evidencia, soltaré los mecanismos superficiales para que se muevan según sus necesidades particulares.
Sólo seré testigo imparcial.
Pero la evidencia no se producirá al aceptar esto mentalmente, sino cuando todo yo está comprometido en la verdad descubierta.

SER

=.Gautam Mukherjee.=

SER

=.CON UNA PERSONALIDAD FINITA.=

Se expresará la acción espontánea en todos los niveles desde la libertad que ha abierto la visión de la verdad, con la adecuación que corresponde a la claridad de esa visión.
Y estará acompañada de las limitaciones de la personalidad y de las circunstancias que la acompañan.

La personalidad es finita, es temporal.
Pero puede actuar en armonía y con alegría a partir del fondo infinito del que voy tomando conciencia.

No es que mi personalidad se vaya haciendo ella misma infinita, eso es absurdo.
Aunque es lo que muchas veces se cree que sucederá.
Esta falsa idea es fuente de muchos errores de apreciación al acercarnos a la luz.
Deshagámonos de juicios y prejuicios equivocados.

No me preocuparé ya de <<cómo soy>>, en el sentido de <<cómo aparezco>>.
Sólo me ocuparé de qué soy.
Y seré por primera vez espontáneo.
Dejaré que la personalidad se mueva sola.
Primero lo hará con cierta intención, acostumbrada como está a que me identifique con ella.
Pero después surgirá de una manera espontánea y libre.

No iré más allá de sus propias limitaciones.
Pero podré vivir desde la libertad infinita de fondo que tiene su origen en lo eterno.
Mi identidad estará allí y no en la personalidad.

Nada me importarán entonces las calificaciones que mi persona obtenga en el concurso de la vida habitual.

Lo que soy, está en aquello atemporal.
Mi identidad se ha ido corriendo de aquel lugar limitado, de ese centro provisional donde me creía ser, hasta llegar a la conciencia infinita y eterna.

Veré que estar restringido a mi peculiar <<modo de ser>>, encerrado en ese <<yo mismo>> imaginado, no es lo natural para mí; por el contrario es artificial, pesado y conflictivo.

El sentirme separado de los demás, el no respirar libremente el aire puro de lo infinito, es la condena, a la que me sometí por error.

Lo natural para mí es ser libre en la realidad atemporal que soy.
Y, además, aparecer en el tiempo a través de la personalidad limitada que me corresponde como mi nota en esta gran melodía del universo manifestado.

No aspiraré nunca a ser una persona perfecta, ilimitada, porque es una contradicción metafísica que mi persona sea infinita, absoluta.
No crearé tampoco fantásticas ilusiones con otras personas actuales o del pasado que ya veo no tienen sentido.

Es verdad, sin embargo que, si bien no soy ninguna persona absoluta, divina, lo que verdaderamente soy es lo absoluto, lo divino.
Soy Aquello.
Esto sólo aparece.
Soy lo Eterno en cualquier punto del tiempo en que me encuentre.

SER

=.Alfonso Cuñado.=

SER

=.SOMOS ESE ENIGMA DE LUZ.=

A la luz no la conoce nunca el pensamiento, está hecho de ella, pero no la ve.
Todo se reduce a conjeturas según nuestros hábitos de pensar.
Tenemos que aceptar que no sabemos nada de la transformación incesante, profunda, que se va produciendo en nosotros en el contacto de lo finito con lo infinito.

Nuestra aparente limitación, intuye lo ilimitado como una disolución de sí misma.
Lo infinito, sin embargo, es lo que somos, y lo expresamos de una manera distorsionada, a veces, o de una manera incompleta.

Es posible abrir espacios en nuestra conciencia para que lo infinito se manifieste más y más en nosotros.

Es cierto, somos ese punto misterioso, imposible de percibir, entre lo finito y lo infinito, entre lo relativo y lo absoluto, entre lo humano y lo divino.

Ya que nuestra evidencia está en aquella realidad totalizadora, tendríamos que ir moviéndonos en la vida a partir de esa seguridad, respondiendo a todas las situaciones limitadas que se van creando a través de nuestro pensar.
Así cada nivel respondería a su nivel y todos se integraría en una comprensión unificada.

Lo importante es esa evidencia que tenemos de lo que es real; esa es nuestra luz.
No necesitamos ya tener ningún propósito concreto, lo que sería continuar el juego de la existencia creyendo que hago algo, cuando sólo la luz está creando, esculpiendo realidades y mundos a través de mí.

Pondré mi mirada en aquello que estoy viendo ahora.
Me mantendré en esa evidencia.
Dejaré que lo que es eternamente, sea en este instante.
Sólo tomaré conciencia de ello.
Sin propósito, sin esfuerzos en una u otra dirección, mi vida se transformará en la expresión de lo verdadero.

Esa es la única vía directa, vivir desde la luz que ve, ser esa luz que siempre ha sido.
No puedo dejar de ser fiel a la verdad que veo.
Y la respuesta tiene que ser tan total que necesariamente escape al pensamiento.

Con mirar basta, con ver es suficiente.
La conciencia lo transforma todo, la visión es creación desde lo real.

Soy esa luz que crea, me he dado cuenta, aunque sea por un instante, que soy eso.
Sólo soy esa presencia de la luz.
A partir de ahí comenzaré mi vida libre y espontáneamente.
Ya no podré ver las cosas de la misma manera, después de haber descubierto la luz que soy.
No podré mirar igual a los demás, no podré considerarme a mí mismo del mismo modo.
Todo cambiará, sin que mi pensamiento lo planee.

SER

=.Elke Trittel.=

SER

=.¿QUIÉN ACTÚA?.=

Si alguien preguntara después de una de estas investigaciones qué tendría que hacer con lo que ha visto, al volver a la vida diaria, responderíamos: nada.
Me quedaré inmóvil, sin planear nada, y feliz.
No es posible explicar la alegría que acompaña al descubrimiento de esta verdad.
Es el surgir de la vía contemplativa.
Nadie conoce lo que es la contemplación, nadie lo sabe.

Ir permitiendo que la unidad se haga en mí, me acerca a la contemplación, pero el pensamiento no se entera.

Podríamos decir que eso es ser, mientras el proceso en el que voy siendo, continúa en el tiempo.
El contemplar es un punto fuera del espacio-tiempo, fuera de mi mente.
Y la contemplación se da más allá de las interpretaciones pensadas.

Cuando lo condicionado, nuestra persona, se queda respetuosamente inmóvil ante lo incondicionado; cuando lo finito reconoce su origen en lo infinito, aparece ese nuevo estado de ser; más que nuevo, único.

Nunca el pensamiento finito puede catalogar lo que rebasa sus límites, sin embargo se reconoce siendo Aquello ilimitado.

Es un gran descubrimiento el darme cuenta de que no hay nada por hacer, porque entonces estoy dando oportunidad para que lo único que actúa, lo que crea, pueda moverse a través de estas estructuras imaginadas.

Lo real va haciendo su obra de arte en la vida, esa obra de arte que sólo puede ser hecha mediante esta estructura personal, de esta manera única, en este instante.

Las obras creadas por la luz son maravillosas.
Todo lo que va surgiendo a través de nosotros es una bella creación.
No podría la luz manifestarse si no es con mi propia manera de ver.

Mi instrumento, bien afinado, extiende en el tiempo lo intemporal como una melodía cada vez más nítida.
Observando se afinará el instrumento.
Al mirar se clarificará la mirada.
Así es la contemplación.

Si he escuchado ya la gran melodía, no hay nada más que hacer, sólo mantenerme a la escucha de esa armonía total.
Es el punto final.
Esta vía directa comienza por el fin.
En este camino el primer paso y el último coinciden en lo atemporal.
Si no intuyo, si no tengo la inspiración de lo último, no podré empezar en lo limitado desde la verdad ilimitada.

Hay que dar ese salto que une lo último con lo primero.
Llegar al final y dejar que ese final se exprese.
Pero al final, que es el origen de todo, no llega con ayuda del tiempo.

No puedo contar los peldaños que tengo que subir para llegar a la luz original.
Porque al hacerlo cada peldaño sería pensado, interpretado, sería obra de la imaginación.

La intuición que tengo de lo último, ese resplandor de lucidez, atraviesa todas las capas de interpretaciones, de maneras de ver, que en mi mente se han petrificado en aparentes realidades, planos físicos, emocionales, mentales, etc.
Y se unifica el ver y el sentir, si este <<darse cuenta>> penetra directamente en lo que es como un puente construido en lo atemporal.

SER

=.Alfonso Cuñado.=

SER

=.EL SENTIMIENTO DE LO INFINITO.=

Cuando se abre una brecha en el pensamiento, la verdad que penetra, abre también un espacio en el corazón.
El sentimiento de ser algo limitado llega a ampliarse hasta no querer nada, o querer todo; un sentir que no es de nada, y a la vez es total.
Es como una potencia infinita de sentimientos que caben en el vacío del equilibrio.
Un sentir que en un punto abarca la totalidad de todos los sentimientos posibles.
Se da en la inmovilidad que acompaña la presencia de lo que es.

Parece que los sentimientos se eliminan al contemplar; pero sólo se concentran en un punto sin espacio, en un sentir totalmente abierto.

Luego, ese sentimiento, como tiene la potencia de todo, puede expresarse en toda la gama de sentimientos que conocemos.
Está libre para la expresión creativa.
Nada de lo humano se ha perdido.
Allí está el potencial de todo.
Sólo se ha perdido la limitación, lo que hacía aquello finito.

Hay un sentimiento de infinitud, y con él aparece una voluntad nueva.
La voluntad finita es movida por lo infinito.
Al surgir la lucidez la voluntad trabaja para lo único real, para la voluntad verdadera, iluminada.

En esa voluntad se expresarán las ideas, limitadas, los sentimientos personales, y hasta los cuerpos.
Los cuerpos aparecen por falta de luz, cuando aparece la luz, desaparecen las limitaciones; y el cuerpo es una limitación, es una separación que la mente hace.
Si, los cuerpos desde la luz no son, sólo aparecen.
La luz va infiltrándose poco a poco, devolviendo a las luces finitas la luz infinita.

Las realidades limitadas están apareciendo porque la luz es.
En ese punto entre lo finito y lo infinito se produce en mi el milagro insospechado de ser la única luz y ser además todas las cosas que en ella se revelan.

SER

=.Elke Trittel.=

SER

=.EVOLUCIÓN Y ETERNIDAD.=

Si desde la verdad emprendemos un camino determinado, llegaremos a la verdad.
Lo que está al final, está al principio.
Y en el error no hay camino real.

La evolución es ese despliegue, ese desdoblamiento en el tiempo, de lo único.
Desde el punto de vista de la evolución se divide en varios momentos lo que es un instante inseparable.

Cuando evolucionamos, cuando nos vamos elevando, no hacemos más que volver al mismo lugar de donde partimos, después de haber dado un paseo a través del tiempo.

Desenvolvemos un paquete único quitando muchas capas una a una, y eso lleva un tiempo.
Ese tiempo sólo tiene una realidad proyectada en la conciencia.

Mientras vivimos esa conciencia proyectada como si fuera lo real, nos parece que evolucionamos.
Desarrollamos unas capacidades, creyendo que conseguimos algo que estaba fuera de nosotros.
Decimos: todavía no he adquirido esta cualidad, este poder, pero más adelante lo alcanzaré, me llevará tiempo.
Creo conseguir algo que no tenía.

Se trata sin embargo de desenvolver lo que siempre estuvo dentro, desde toda la eternidad.

La sabiduría no consiste en eliminar algo de lo que veo, porque no es verdadero.
Nada de lo que aparece es desechable.
Cada verdad es dependiente del nivel desde el que se mira.
Y sabiduría es comprensión de los distintos modos de ver desde la visión única.
Aprender a ver todo en su lugar relativo es lo inteligente

Me doy cuenta de que todo está en cambio constante en mí y fuera de mí.
Y a la vez vivo lo que es eterno, lo incausado, lo que no cambia, aquello a lo que nada falta, lo pleno.
Es vivir lo temporal, lo fenoménico, a todos los niveles, desde la mirada que viene de lo eterno, de lo inmutable, del Ser que es.
Eso que se ha llamado <<lo sagrado>>, es lo real, y descubrirlo es iluminación.

La verdadera iluminación surge al tomar contacto con aquel ámbito lúcido de lo eterno.
Allí tiene su origen la luz que todo lo ilumina, allí comienza la evidencia de la verdad que esa luz produce.

Esa evidencia sólo llega con el silencio del pensar, y en ella se descubre que nada es como parece.
Lo que más sorprende es que todo está bien, todo está en su lugar si se mira desde esa evidencia.

Nada de lo que aparece es real, sin embargo todas las realidades relativas están incluidas en la realidad total.

La verdad sobrepasa todas las formas en las que lo real se presenta ante nuestros sentidos junto con los significados que el pensamiento pueda crear.
Y, a la vez, las formas, las representaciones mentales, las situaciones posibles o maneras de ser, están incluidas en esa verdad total.

En el silencio que se produce en lo eterno encontramos aquello que todo lo trasciende, mientras nos liberamos de la esclavitud del apego a las formas.

Al permanecer lejos de todo lo cambiante, sobreviene la gran compasión, el comprender e integrar todo en Aquello.

La libertad de todos los apegos incluye la comprensión, el amor que lo recoge y lo abraza todo.
No hay verdadero amor sin la libertad, no hay libertad de los apegos afectivos cuando aún no ha brillado el amor.

La mente contemplativa, la que ha descubierto el silencio, comprende que la verdad se presente a la mente pensante de esta paradójica manera. 

SER

=.Alfonso Cuñado.=

SER

=.EL ASOMBRO.=

El tiempo es el gran hipnotizador de nuestra mente.
Y la mente está hecha de tiempo.
En esa limitación de lo temporal, nos sentimos un <<yo>> separado.
Nuestra vida está hecha de tiempo, de duración, de memoria.

Si deshiciéramos ese hipnotismo que se está adueñando constantemente de nuestro campo de conciencia, nos despertaríamos.

Y se deshará únicamente contemplando la verdad del presente que es atemporal, libre de las inquietudes del tiempo.

Lo real no es del tiempo.
Todo lo que vemos durar no puede ser real, porque lo está fabricando la mente.
Son movimientos, giros de Aquello que es.

Las imágenes, los símbolos que parecen creados por la actividad mental, no habría que tomarlos como la realidad la cual no puede ser pensada.

Y cuando contemplo, ¿qué contemplo?
Lo que no está en el tiempo.
Contemplar es aprender a salir de él.
Nadie nos podrá decir que es aquello que no dura tiempo.
Sólo encontraré símbolos, imágenes espaciales y temporales, ideas que lo representen.

Tendré que encontrar por mí mismo el hilo a través del cual iré desarrollando mi madeja mental hasta llegar al origen.
El hallazgo de ese hilo está en lo verdadero que veo en este instante.
No importa si está expresándose en palabras, en otra clase de símbolos o si no está representado.
La expresión, la representación cae ya en el tiempo.

Sólo con que me mantenga admirando esa verdad, contemplo.

Lo que transforma a cualquier persona en un filósofo, en un amante de la sabiduría es la capacidad de asombro.

Un verdadero amante de la sabiduría no se conforma con las interpretaciones que de la realidad le proporciona su tradición, su cultura, ni tampoco con las de otras tradiciones.
Directamente contempla la verdad que ama.

El asombro es algo extraño, tiene una oculta y misteriosa fuerza.
Con él se paralizan los hábitos, los modelos de conducta justificados por el tiempo.

Si no se produce el asombro, esa irrupción de lo nuevo en lo condicionado, la mente sigue su ciclo repetitivo una y mil veces, como una rueda imparable que siempre rodará por el mismo riel, como una incansable máquina de producir sueños.

Sin el impulso renovador de la sorpresa, sin la admiración y la reverencia ante lo desconocido, se seguirán formando irreales entidades, se seguirá proyectando la limitación mental en deseos de formas cambiantes, se seguirá viviendo entre imágenes de sueños.

Al encontrarnos con lo verdadero se produce una parada instantánea.
Se corta la serie de viejas y repetidas asociaciones.
El asombro ha paralizado la creación semiconsciente de ilusiones.
Leemos que en textos antiguos de la filosofía de la India se recomienda la detención del pensamiento.
E interpretamos que es necesario parar forzosamente el movimiento del pensar.

Creemos que la comprensión de los conceptos es suficiente para poner en práctica lo que otros han dicho.
Pero no podemos comprender lo real sin haberlo vivido, no basta con entender el sentido de las palabras sin conocer el lugar desde el que son pronunciadas.

Sólo la vivencia puede desentrañar la verdad que yace oculta tras los conceptos, las imágenes y las palabras en las distintas tradiciones de la humanidad.
Y al contemplar, sólo la verdad ilumina a la verdad donde quiera que se encuentre.

SER

=.Elke Trittel.=

SER

=.MIRANDO LA LUZ QUE MIRA.=

Tengo que aprender a mirar con la actitud inocente del que está enamorado o como el niño que ama la vida.
Es así como se irán abriendo las puertas de lo real y viviré la plenitud que anhelo.

Anhelamos la felicidad en lo limitado, pero es en lo ilimitado donde nos encontramos con esa felicidad que sobrepasa nuestra expectativas.
Buscamos la paz dentro de nuestros hábitos de inquietud.

La paz es la extensión serena del ser que somos.

Cuando nace en nosotros lo desconocido, desaparecen esas ansias de llegar a ser.
Tomamos contacto con lo que es, vemos la luz que ve, y al tocarla nos hacemos la luz misma.
Se acaba la búsqueda de seguridad, de placer, se disuelve la necesidad desde dentro.
Y lo notamos en ese silencio del primer contacto con lo real.

Si caigo en la hipnosis del tiempo, volveré a limitarme con creencias, hábitos del pasado, consignas mecánicas.
Me sentiré confundido, cansado, aburrido, me parecerá que no hay vida dentro de mí.

Me he salido de lo que es, de la realidad que está siempre ahí, en un presente eterno.
Me he separado por distracción de lo que soy y seré siempre,
pero esa separación no es real.

Si en el tiempo me encuentro soñando, sé que en un instante atemporal despertaré.
Será cuando la luz que brota desde lo profundo de mí mismo, ilumine los espacios de las apariencias.

Siempre habrá un momento contemplativo en el que la mirada serena repose sobre el equilibrio de la lucidez.
Estaré vigilando ahí, alerta a ese instante único y total.

La verdad está presente en todos los puntos  que evolucionan en el tiempo desde la conciencia una.
Sólo falta mi mirada verdadera en este instante.
Quizá a través de estas investigaciones he aprendido a contemplar la realidad sin forma.
Y al contemplarla he mirado en la misma luz que mira.

Si aún no se ha hecho la luz, vigilaré en la noche, atravesando las sombras soñadas, para no perder de vista el resplandor luminoso que se vislumbra detrás.

Si ya se ha producido el descubrimiento, me quedaré en silencio, contemplando enamorado, la luz que crea todas las cosas en el movimiento incesante del devenir.
En un instante eterno descubriré que soy esa luz y mi destino es iluminar.

SER

=.Alfonso Cuñado.=

SER

            =.desde el Silencio del Momento Presente:
OM SHANTI SHANTI SHANTI
OM PAZ PAZ PAZ.=

SER


SER