sábado, 6 de julio de 2013

Espacio interior. Eckhart Tolle. OM.

OM NAMAH SHIVAYA



SER



.-Eckhart Tolle-.

SER

.ESPACIO INTERIOR.

SER

Cuando la conciencia ya no está completamente absorbida por el pensamiento, una parte de ella permanece en su estado original, sin forma, no condicionada.

Eso es el espacio interior.

SER

La vida de la mayoría de la gente está llena de cosas en desorden : cosas que hacer, cosas en que pensar.
Su vida es como la historia de la humanidad, que Winston Churchill definía como <<una maldita cosa detrás de otra>>.
Sus mentes están llenas de una barahúnda de pensamientos, uno detrás de otro.
Esta es la dimensión de la conciencia de los objetos, que es la realidad predominante para muchas personas, y por eso su vida está tan desequilibrada.
Para que la cordura regrese a nuestro planeta y la humanidad cumpla su destino, la conciencia de los objetos necesita estar equilibrada con la conciencia del espacio.
El surgimiento de la conciencia del espacio es la siguiente etapa en la evolución de la humanidad.

La conciencia del espacio significa que, además de ser consciente de las cosas -lo cual siempre acaba reduciéndose a percepciones sensoriales, pensamientos y emociones-, hay por debajo una corriente de conciencia.
Esta conciencia implica que no solo somos conscientes de las cosas (objetos), sino que también somos conscientes de ser conscientes.
Si puedes sentir un estado interior de quietud y alerta en el fondo mientras ocurren cosas en primer plano, ¡ya está!
Esta dimensión está en todas las personas, pero la mayoría es completamente inconsciente de ello.
Yo a veces lo indico diciendo <<¿Puedes sentir tu propia Presencia?>>.

Tener conciencia del espacio no solo significa liberarse del ego, sino también de la dependencia de las cosas mundanas, del materialismo y la materialidad.
Solo esta dimensión espiritual puede dar sentido trascendente y auténtico a este mundo.

SER

Cuando dejas de estar completamente identificado con las formas, la conciencia -lo que tú eres- queda libre de su encarcelamiento en la forma.

Esta liberación es la aparición del espacio interior.

Llega como una quietud, una sutil paz en lo más profundo de ti, incluso ante algo aparentemente malo.

De pronto, hay espacio alrededor del suceso.

También hay espacio alrededor de los altibajos emocionales, incluso alrededor del dolor.

Y sobre todo, hay espacio entre tus pensamientos.
Y de ese espacio emana una paz que no es <<de este mundo>>, porque este mundo es forma, y la paz es espacio.
Esta es la paz de Dios.

Ahora puedes disfrutar y aceptar las cosas de este mundo sin darles una importancia y una trascendencia que no tienen.

Puedes participar en la danza de la creación y ser activo sin apego a los resultados y sin pedir exigencias irrazonables al mundo :  hazme completo, hazme sentir seguro, dime quién soy.

El mundo no puede darte esas cosas, y cuando ya no tienes esas expectativas, todo el sufrimiento creado por uno mismo llega a su fin.

Todo ese sufrimiento se debe a una sobrevaloración de la forma y a no ser consciente de la dimensión del espacio interior.

Cuando esa dimensión está presente en tu vida, puedes disfrutar de las cosas, las experiencias y los placeres de los sentidos sin perderte en ellos, sin apego interior a ellos, es decir, sin hacerte adicto al mundo.

Cuando se pierde o se desconoce la dimensión del espacio,  las cosas del mundo asumen una importancia absoluta, una seriedad y densidad que en realidad no tienen.

Cuando no ves el mundo desde el punto de vista de lo sin forma, se convierte en un lugar amenazador y, en último término, en un lugar de desesperación.

SER



SER

Descubre el espacio interior creando huecos en el torrente de pensamiento.

Sin esos huecos, tu pensamiento se vuelve repetitivo, sin inspiración, desprovisto de toda chispa creativa, que es como sigue siendo para la mayoría de los habitantes del planeta.

No tienes que preocuparte por la duración de esos espacios.

Con unos pocos segundos basta.

Poco a poco, se irán haciendo más largos por sí mismos, sin esfuerzo por tu parte.

Más importante que su duración es producirlos con frecuencia, de modo que tus actividades cotidianas y tu flujo de pensamiento tengan espacios intercalados.

SER



SER

Sé consciente de tu respiración.

Observa cómo esto desvía la atención de tu pensamiento y crea espacio.

SER

Nota la sensación de respirar.
Siente el movimiento del aire entrando y saliendo de tu cuerpo.
Percibe cómo se dilatan y contraen el pecho y el abdomen al inhalar y exhalar.

Una respiración consciente es suficiente para crear un poco de espacio donde antes solo estaba la sucesión ininterrumpida de un pensamiento tras otro.

Una respiración consciente (dos o tres serían aun mejor), realizada muchas veces al día, es un modo excelente de aportar espacio a tu vida.
Aunque estuvieras meditando sobre la respiración durante dos o más horas, como hacen algunas personas, con una respiración basta para ser consciente de ello; en realidad, no vas a ser consciente de más.
El resto es recuerdo o anticipación, es decir, pensamientos.

Respirar no es algo que tú haces, sino algo que presencias mientras ocurre.
La respiración ocurre por sí misma.
La lleva a cabo la inteligencia interior del cuerpo.
Tú solo tienes que observar cómo ocurre.
No se requiere ningún esfuerzo.

Fíjate además en la breve interrupción de la respiración, particularmente en ese punto muerto después de exhalar, antes de empezar a inhalar de nuevo.

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Siempre que estás molesto por un suceso, una persona o una situación, la verdadera causa no es el suceso, la persona o la situación, sino la pérdida de la auténtica perspectiva, que solo el espacio puede proporcionar.

Estás atrapado en la conciencia de los objetos, inconsciente del espacio interior intemporal de la conciencia misma.

SER

La conciencia del espacio tiene poco que ver con estar <<colocado>>.
Ambos estados están fuera del pensamiento.
Eso es lo que tienen en común.
Pero la diferencia fundamental es que en el primero te elevas por encima del pensamiento; en el segundo, caes por debajo.
El primero es el paso siguiente en la evolución de la conciencia humana; el otro es una regresión a una fase que dejamos atrás hace miles de años.

SER

El mayor impedimento para descubrir el espacio interior, el mayor impedimento para encontrar al experimentador, al Yo Soy sin forma, es quedar tan subyugado por la experiencia que te pierdas en ella.

Eso significa que la conciencia se pierde en su propio sueño.

Te dejas arrebatar por cada pensamiento, por cada emoción y por cada experiencia, hasta un grado tal que en realidad estás en un estado de ensoñación.

Este ha sido el estado normal de la humanidad durante miles de años.

SER



SER

Cuando oyes hablar del espacio interior, puede que empieces a buscarlo; pero como lo estás buscando como si buscaras un objeto o una experiencia, no puedes encontrarlo.

Este es el problema de todos los que buscan la realización espiritual o iluminación.

Por eso dijo Jesús : <<El reino de Dios no llegará con señales visibles, ni podrá decirse "helo aquí, o allá", porque el reino de Dios está dentro de vosotros (Lucas 17, 20-21).

SER



SER

Si no te pasas toda tu vida descontento, preocupado, ansioso, deprimido, desesperado o consumido por otros estados negativos; si eres capaz de disfrutar  de cosas simples, como escuchar el sonido de la lluvia o el viento; si puedes apreciar la belleza de las nubes que cruzan el cielo, o estar a solas en ocasiones sin sentirte solo ni necesitar el estímulo mental de una diversión; si puedes tratar a un completo desconocido con amabilidad sincera sin desear nada de él... eso significa que se ha abierto un espacio, aunque sea por poco tiempo, en el casi siempre incesante torrente de pensamiento que es la mente humana.

Cuando esto ocurre, hay una sensación de bienestar, de paz viva, aunque pueda ser sutil.

La intensidad variará desde una sensación de contento que apenas se nota allá en el fondo, hasta lo que los antiguos sabios de la India llamaban ananda, la felicidad del Ser.

Como se te ha condicionado para que solo prestes atención a la forma, probablemente no serás consciente de ello, si no es indirectamente.
Por ejemplo, existe un elemento común en la capacidad de ver la belleza, de apreciar las cosas simples, de disfrutar con la propia compañía o de relacionarse con otras personas con amabilidad y cariño.

Este elemento común es una sensación de bienestar, paz y vitalidad que es el fondo invisible sin el cual estas experiencias no serían posibles.

Allí donde haya belleza, amabilidad, apreciación de la bondad de las cosas simples de la vida, busca dentro de ti mismo el fondo de esa experiencia.
Pero no lo busques como si estuvieras buscando una cosa.
No puedes localizarlo y decir <<ya lo tengo>>, ni agarrarlo mentalmente y definirlo de algún modo.

Es como el cielo sin nubes : no tiene forma.
Es espacio, es quietud, es la dulzura del Ser, e infinitamente más que esas palabras, que son solo indicadores.

Cuando eres capaz de sentirlo directamente dentro de ti, se acentúa.
Así que cuando aprecies algo simple -un sonido, una imagen, un tacto-, cuando veas belleza, cuando sientas cariño por otra persona, siente la espaciosidad interior que es la fuente y el fondo de esa experiencia.

SER

Hay otra manera de encontrar el espacio interior : sé consciente de que eres consciente.

Di o piensa <<soy>>, y no añadas nada.

Sé consciente de la quietud que sigue al <<soy>>.

Siente tu presencia, el Ser desnudo, sin velos, sin vestiduras.

Al ser no le afectan la juventud o la vejez, la riqueza o la pobreza, lo bueno, lo malo ni ningún otro atributo.

SER



SER



OM SHANTI SHANTI SHANTI
OM PAZ PAZ PAZ
OM

=.SER.=

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