sábado, 28 de septiembre de 2019

El deseo y el Miedo son estados Autocentrados. Sri Nisargadatta Maharaj. OM

SER

-.desde el Silencio en Contemplación y en Verdad.-


SER


=.Sri Babulnath mandir. Mumbai. India.=


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-.me postro ante el Sí-Mismo Real de Todo que es Eterno.-

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=.Sri Nisargadatta Maharaj.=
-.(Mumbai. India. 1897-1981).-

-."yo soy".-



-."yo soy".-



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=.YO SOY ESO.=
-.Sri Nisargadatta Maharaj.- 
-.Editorial Sirio,S.A.-
-.Málaga.-
-.(1988).-
-.ISBN: 84-86221-27-8.-

-.extracto del 29 de mayo de 1971.-
=.El deseo y el Miedo son estados Autocentrados.=

Maharaj.:

Usted no pone objeción al placer, sino sólo a su precio en dolor y aflicción.

Pregunta.:

Si la realidad misma es bienaventuranza, entonces el placer debe estar relacionado con ello de alguna manera.

Maharaj.:

No prosigamos por la lógica verbal.
La bienaventuranza de la realidad no excluye el sufrimiento.
Aparte de que usted sólo conoce el placer, no la bienaventuranza del puro ser.
De modo que examinemos el placer en su propio nivel.

Si se mira a usted mismo en los momentos de placer y dolor, encontrará invariablemente que no es la cosa en sí misma la que es placentera o dolorosa, sino la situación de la que forma parte.
El placer está en la relación entre el que goza y lo gozado.
Y la esencia de ello es la aceptación.
Cualquiera que sea la situación, si resulta aceptable, es placentera.
Si no es aceptable, es dolorosa.
Lo que la hace aceptable no es importante; la causa puede ser física o psicológica o irrastreable; la aceptación es el factor decisivo.
En el anverso, el sufrimiento se debe a la no-aceptación.

SER



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P.:

El dolor no es aceptable.


Maharaj.:

¿Por qué no?
¿Lo intentó alguna vez?
Inténtelo y encontrará en el dolor un gozo que el placer no puede dar, por la simple razón de que la aceptación del dolor lo lleva más profundo o más lejos que el placer.
El ser personal, por su propia naturaleza, está continuamente persiguiendo el placer y evitar el dolor.
Acabar con esta pauta es acabar con el ser.
El acabar con el ser, con sus deseos y temores le permite a usted volver a su naturaleza real, la fuente de toda felicidad y paz.
El deseo perenne de placer es el reflejo de la armonía interior intemporal.
Es un hecho observable que uno se hace consciente de sí, sólo cuando está atrapado en el conflicto entre el placer y el dolor, lo cual exige elección y decisión.
Este choque entre el deseo y el temor es lo que produce la ira, que es el gran destructor de la cordura y la vida.
Cuando se acepta el dolor por lo que es, una lección y un aviso, y se mira en profundidad y se le escucha, la separación entre el dolor y el placer se rompe y ambos se convierten en experiencia: dolorosa cuando es resistida, gozosa cuando es aceptada.

P.:

¿Aconseja usted evitar el placer y perseguir el dolor?


Maharaj.:

No, ni perseguir el placer y evitar el dolor.
Acepte ambos como vengan, disfrute ambos mientras duren, déjelos ir cuando deban irse.

P.:

¿Cómo es posible gozar el dolor?
El dolor físico pide actuación.

Maharaj.:

Por supuesto.
E igualmente el dolor mental.
La bienaventuranza está en la total conciencia de ello, en no encogerse o rehuirlo en ningún modo.
Toda felicidad viene de la conciencia.
Cuanto más conscientes somos, más profundo es el gozo.
La aceptación del dolor, la no-resistencia, el valor y la paciencia, todo esto abre fuentes profundas y perennes de felicidad real, de verdadera bienaventuranza.

SER



SER

P.:

¿Por qué el dolor debería ser más efectivo que el placer?


Maharaj.:


El placer se acepta inmediatamente, mientras que todos los poderes del ser rechazan el dolor.

Puesto que la aceptación del dolor es la negación del ser, y el ser se interpone en el camino de la verdadera felicidad, la aceptación total del dolor libera el manantial de la felicidad.

P.:


¿Actúa del mismo modo la aceptación del sufrimiento?


Maharaj.:


El hecho del dolor es traído fácilmente al enfoque de la conciencia.

Con el sufrimiento no es tan simple.
Enfocar el sufrimiento no es suficiente, puesto que la vida mental, tal como la conocemos, es una corriente continua de sufrimiento.
Para alcanzar los niveles más profundos del sufrimiento uno debe ir a las raíces y desenterrar su vasta red encubierta, donde el temor y el deseo están íntimamente entrelazados y las corrientes de energía de la vida se oponen, obstruyen y destruyen entre sí.

P.:


¿Cómo puedo enderezar un tinglado que está por debajo del nivel de mi consciencia?


Maharaj.:


Estando consigo mismo, con el "yo soy", observándose en su vida diaria con un interés despierto, con la intención de comprender en lugar de juzgar, aceptando totalmente lo que pueda surgir, porque está ahí, usted propicia que lo profundo salga a la superficie y enriquezca su vida y consciencia con sus energías cautivas.

Este es el gran trabajo de la conciencia; elimina obstáculos y libera energías al comprender la naturaleza de la vida y la mente.
La inteligencia es la puerta hacia la libertad, y la atención alerta es la madre de la inteligencia.

SER

SER

P.:

Una pregunta más.

¿Por qué el placer acaba en dolor?

Maharaj.:

Todo tiene un principio y un fin y el placer también.
No lo anticipe y no deplore su pérdida, y no habrá dolor.
La memoria y la imaginación son las que causan el sufrimiento.

Por supuesto, el dolor después del placer puede ser debido al abuso del cuerpo o la mente.
El cuerpo conoce su medida, pero la mente no.
Sus apetitos son innumerables y no tiene limites.
Vigile su mente con gran diligencia, puesto que ahí está su cautiverio y también la llave de la libertad.

P.:


Mi pregunta todavía no está contestada totalmente:

¿Por qué son destructivos los placeres del hombre?
¿Por qué encuentra el hombre tanto placer en la destrucción?
El interés de la vida está en la protección, perpetuación y expansión de sí misma.
En esto está guiada por el placer y el dolor.
¿En qué punto se convierte en destructivos?



Maharaj.:

Cuando domina la mente, recuerda y anticipa; exagera, distorsiona, pasa por alto.
El pasado es proyectado hacia el futuro y el futuro traiciona las expectativas.
Los órganos de percepción y acción son estimulados más allá de su capacidad e inevitablemente se derrumban.
Los objetos de placer no pueden dar lo que se espera de ellos y se desgastan o son destruidos por el abuso.
Donde se buscaba placer resulta un exceso de dolor.

P.:

¡No sólo nos destruimos nosotros mismos, también a los demás!


Maharaj.:

Naturalmente, el egoísmo siempre es destructivo.
El deseo y el temor ambos son estados egoístas.
Entre el deseo y el temor surge la ira, con la ira el odio, con el odio la pasión por la destrucción.
La guerra es el odio en acción, organizado y equipado con todos los instrumentos de la muerte.

P.:


¿Hay un modo para acabar con estos errores?


Maharaj.:


Cuando más gente llegue a conocer su naturaleza real, su influencia, por sutil que sea, prevalecerá y la atmósfera emocional del mundo se dulcificará.

La gente sigue a sus líderes y cuando entre los líderes aparezcan algunos, grandes de corazón y mente y absolutamente libres de egoísmo, su impacto será suficiente para hacer imposibles los crímenes y crudezas de la presente época.
Puede que llegue una nueva era dorada, dure por algún tiempo y sucumba a su propia perfección; puesto que el descenso comienza cuando la marea está en su punto más alto.

SER




SER

P.:

¿No existe la perfección permanente?


Maharaj.:


Sí, existe, pero incluye toda imperfección.

Es la perfección de nuestra propia naturaleza la que hace que todo sea posible, perceptible, interesante.
Y no conoce el sufrimiento puesto que ni quiere ni aborrece, ni acepta ni rechaza.
La creación y la destrucción son los dos polos entre los que oscila su pauta siempre-cambiante.
Libérese usted de las predilecciones y preferencias y la mente con toda su carga de aflicción dejará de ser.

P.:


Pero yo no soy sólo el que sufre: hay otros.


Maharaj.:


Cuando acude a ellos con sus propios deseos y temores, usted meramente añade desgracia a la de ellos.

Primero libérese usted mismo del sufrimiento y sólo entonces puede esperar ayudar a los otros.
Ni siquiera necesita esperarlo; su propia existencia será la mayor ayuda que un hombre puede dar a sus semejantes.

SER




SER

-.desde el Silencio del Momento Presente:

OM SHANTI SHANTI SHANTI


OM PAZ PAZ PAZ.-

SER

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